En la residencia de mayores en Sevilla Emera Macarena, una vez a la semana, la terapeuta ocupacional realiza un taller de musicoterapia. Es uno de los más demandados por nuestros residentes y el que más asistencia tiene.
El lenguaje musical es otra vía que nos permite comunicarnos y compartir con el entorno, así como seguir aprendiendo. La música tiene un gran valor terapéutico y por eso, en nuestras residencias de mayores , forma parte de nuestras terapias no-farmacológicas.
Podemos definir la musicoterapia como: el empleo de la música y de los elementos musicales (el ritmo, el sonido, la melodía y la armonía), con fines terapéuticos, para asistir necesidades, físicas, sociales y cognitivas de un paciente, pero también dispone de una finalidad preventiva para ayudar a la hora de aumentar o restablecer la salud mental o física de alguien.
Los beneficios de la música con las personas mayores son los siguientes:
- Mejora la comunicación, estimulando las habilidades verbales a través de actividades rítmicas.
- Fortalece la memoria tanto a corto como a largo plazo, trabajando la reminiscencia (evocación de recuerdos) y al aprendizaje.
- Aporta bienestar, es relajante, disminuyendo la ansiedad y la angustia.
- A través del ritmo perfecciona la coordinación de los movimientos, favorece el equilibrio y sistema motor en general.
- Fomenta la participación, la interacción y la comunicación social en el grupo.
- Beneficia el estado anímico e incrementa la autoestima, ya que permite liberarnos a nivel emocional.
“La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido” Leonard Berstein.
Cabe destacar la importancia de esta terapia en personas con demencia, pues al ser una actividad no verbal, la música es una herramienta de comunicación que puede ser usada en todas las fases de su tratamiento, ya que, aunque haya un deterioro cognitivo grave, las respuestas ante la música se mantienen hasta en los estadios más avanzados de la enfermedad.
“Durante la sesión, unimos la terapia ocupacional, junto con la psicomotricidad y la música.
En grupo, trabajamos al ritmo de la canción, conforme va sonando la melodía, cantamos, vamos dando palmadas, tocando instrumentos de percusión, si la movilidad de los residentes se lo permite, salimos a bailar… Trabajar al ritmo de la música es beneficioso porque ayuda a reducir el riesgo de caídas en las personas mayores con problema de equilibrio o problemas para deambular.
Además de favorecer la parte física, también utilizamos la música para estimular a nivel cognitivo la memoria, pues cuando menos se lo esperan la canción se para y hay que averiguar cuál letra vendrá a continuación.
En el día a día, ponemos música de fondo en otras actividades (laborterapia, arteterapia, juegos lúdicos, gimnasia…) ya que hemos comprobado, que nuestros residentes de la tercera edad se mantienen de mejor humor y mejora las relaciones sociales entre ellos.”
Claudia Manzano Pérez – Terapeuta Ocupacional de Emera Macarena en Sevilla.
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