Cuando el ser humano va envejeciendo es normal que se tope con situaciones en los que su independencia y la calidad de vida se vea afectada. Según el INE, la tasa de dependencia en España podría alcanzar el 37,2% en el año 2030. La estimación para 2040 estaría rozando la barrera psicológica de un 50% de personas mayores dependientes en nuestro país.
La dependencia es un término amplio que abarca diversas dimensiones, y comprender sus diferentes tipos es fundamental para dar todo el cuidado y apoyo posible a nuestros seres queridos en la tercera edad. En este artículo, explicamos los distintos tipos de dependencia en personas mayores y cómo abordarlos de manera integral.
Dependencia psíquica o mental
Comenzaremos especificando los grados y niveles de dependencia en el adulto mayor establecidos por la ley. Esta información puede serte muy útil si tienes una persona dependiente a tu cargo y vas a solicitar algún tipo de ayuda. En función de los cuidados y apoyo externo que necesite la persona, la ley establece tres grados:
- Dependencia moderada (Grado I). Cuando una persona necesita ayuda para llevar a cabo actividades rutinarias de su día a día. Hace referencia a la necesidad de una ayuda intermitente para preservar la autonomía del mayor adulto.
- Dependencia severa (Grado II). Cuando el apoyo externo es demandado de forma habitual, dos o tres veces al día. Con este servicio asistencial se busca también fomentar su autonomía, teniendo en cuenta que la mayoría se niega a recibir este tipo de ayuda.
- Gran dependencia (Grado III). En este caso, hablamos de mayores que han perdido su autonomía totalmente, ya sea psíquica, física o sensorial. El apoyo brindado es constante para asistir a la persona mayor en sus tareas indispensables diarias.
Para determinar el grado de independencia de las personas mayores, se realiza una valoración exhaustiva de su estado físico y cognitivo. Uno de los métodos empleados para evaluar la autonomía y necesidad de ayuda para realizar las actividades básicas de la vida diaria (ABVD) es el índice de Katz.
Aclarado esto, pasamos a explicar qué es la dependencia psíquica o mental. Se refiere a la limitación de la autonomía personal debido a problemas relacionados con la salud mental. En esta categoría, encontramos condiciones como la demencia, la depresión, la ansiedad y otras enfermedades neuropsiquiátricas. Estas afecciones pueden afectar a la capacidad de la persona mayor para tomar decisiones y llevar a cabo actividades básicas de la vida diaria.
Los grados de dependencia psíquica pueden variar desde la dependencia moderada (grado I) hasta la gran dependencia (grado III). En casos más leves, la persona mayor puede necesitar ayuda ocasional para tomar decisiones, mientras que, en casos graves, puede requerir asistencia constante para gestionar su vida cotidiana.
La ley de dependencia reconoce la importancia de brindar apoyo a las personas dependientes, especialmente aquellas con dependencia psíquica. Los familiares deberán tratar de proporcionar un entorno de cuidado que fomente la autonomía personal de su ser querido. Por eso es importante optar por un centro que promueva la autonomía de las personas residentes, al tiempo que les ofrece el apoyo necesario para llevar a cabo sus actividades diarias.
Dependencia física
La dependencia física se relaciona con la pérdida de autonomía debida a problemas de movilidad o limitaciones físicas. A medida que envejecemos, es relativamente común que aparezcan limitaciones en nuestra capacidad para realizar actividades diarias. Tareas tan básicas como vestirse, asearse o desplazarse de un lugar a otro. Estas limitaciones pueden estar asociadas a problemas de salud crónicos o a lesiones.
Para los grados de dependencia física también se establece el mismo barómetro, es decir, que va desde la dependencia moderada hasta la gran dependencia. Según el grado, la persona mayor puede necesitar un apoyo puntual para realizar actividades básicas o demandar servicios asistenciales continuos.
En nuestras residencias, promovemos la autonomía y la atención a la dependencia física mediante la adaptación de elementos físicos del entorno, como la instalación de rampas, pasamanos y baños accesibles. Además, ofrecemos programas de rehabilitación y fisioterapia diseñados para mejorar la movilidad y la calidad de vida de nuestros residentes.
Dependencia sensorial
La dependencia sensorial se refiere a la pérdida o disminución de la función de los sentidos, como la vista, el oído o el tacto. Esta limitación sensorial puede tener un impacto significativo en la vida diaria de una persona mayor, ya que puede dificultar la comunicación, la orientación y la interacción con el entorno.
Las personas mayores que experimentan problemas sensoriales pueden sentirse aisladas o inseguras. Por ejemplo, la pérdida de audición puede dificultar la comunicación con los demás, mientras que la pérdida de visión puede generar problemas de orientación y riesgos de caídas.
Este tipo de dependencia a menudo está asociada a problemas sensoriales, lo que aumenta la necesidad de atención y apoyo. En todos nuestros centros tratamos la dependencia sensorial de manera efectiva. Contamos con personal capacitado para comunicarse de manera adecuada con personas con dificultades sensoriales. Además, nuestras instalaciones están adaptadas para garantizar la seguridad y la comodidad de todos nuestros residentes.
Dependencia mixta
La dependencia mixta es una combinación de varios tipos de dependencia, ya sea psíquica, física o sensorial. En muchas ocasiones, las personas mayores pueden experimentar distintas limitaciones que afectan su independencia de manera simultánea. Por ejemplo, alguien con demencia puede tener a la vez problemas cognitivos (dependencia psíquica) y dificultades de movilidad (dependencia física).
Los tipos de dependencia emocional también pueden jugar un papel importante en la dependencia mixta. La pérdida de seres queridos o determinados cambios en el entorno social pueden contribuir a esta compleja situación. La dependencia mixta presenta desafíos adicionales tanto para la persona mayor como para sus cuidadores. Es necesario un enfoque multidisciplinario y la coordinación de diferentes profesionales de la salud para brindar una atención integral y personalizada.
En nuestras residencias, los equipos de atención médica y terapéutica trabajan conjuntamente para diseñar planes de cuidado individualizados que cubran todos los aspectos de la dependencia. Enfocamos el cuidado de las personas mayores desde la promoción de la autonomía y la atención a la dependencia en todas sus formas. Sabemos que cada persona es única, con necesidades y deseos individuales, y nos esforzamos por brindar un entorno en el que nuestros residentes puedan sentirse valorados y respetados.
La movilidad asociada a problemas no debe ser un obstáculo para disfrutar de la vida en la tercera edad. Nuestro objetivo es proporcionar un entorno en el que cada persona mayor pueda vivir con dignidad y recibir la ayuda que necesita para llevar una vida plena.
Los tipos de dependencia en personas mayores son diversos y pueden afectar significativamente la calidad de vida de nuestros seres queridos. Si estás buscando una solución de cuidado para una persona mayor en situación de dependencia, te invitamos a conocer nuestras residencias y centros de día y descubrir cómo podemos proporcionar el mejor cuidado posible. Somos un referente en él cuidado de personas mayores dependientes, ofreciendo un enfoque centrado en el bienestar y la dignidad.
Tipos de dependencia en personas mayores: Claves para un envejecimiento activo
El envejecimiento es un proceso natural, pero no tiene por qué ir acompañado de la pérdida de autonomía. Comprender los tipos de dependencia en personas mayores y adoptar un enfoque de envejecimiento activo puede marcar la diferencia en la calidad de vida durante esta etapa.
¿Qué es la Dependencia en Personas Mayores?
La dependencia se refiere a la necesidad de ayuda para realizar actividades básicas de la vida diaria (ABVD), como vestirse, asearse o alimentarse. Puede ser física, psíquica o sensorial, e incluso una combinación de varias.
Tipos de Dependencia en Personas Mayores:
- Dependencia Física: Limitaciones en la movilidad o capacidad física.
- Dependencia Psíquica: Alteraciones cognitivas o emocionales que afectan la autonomía.
- Dependencia Sensorial: Pérdida o disminución de la función de los sentidos (vista, oído, tacto).
Envejecimiento Activo: La Clave para Prevenir la Dependencia
El envejecimiento activo se basa en mantener un estilo de vida saludable y participar activamente en la sociedad. Incluye:
- Actividad Física Regular: Adaptada a las capacidades individuales, mejora la fuerza, el equilibrio y la movilidad, reduciendo el riesgo de caídas y lesiones.
- Alimentación Saludable: Una dieta equilibrada y rica en nutrientes fortalece el sistema inmunológico y previene enfermedades crónicas.
- Estimulación Cognitiva: Mantener la mente activa con juegos, lectura, aprendizaje de nuevas habilidades o actividades sociales previene el deterioro cognitivo.
- Participación Social: Mantener relaciones sociales y participar en actividades comunitarias combate el aislamiento y la depresión, promoviendo el bienestar emocional.
Beneficios del Envejecimiento Activo:
- Mayor autonomía e independencia.
- Mejor salud física y mental.
- Menor riesgo de enfermedades crónicas y caídas.
- Mayor calidad de vida y bienestar emocional.
Consejos para un Envejecimiento Activo:
- Mantén una actitud positiva y optimista.
- Fomenta tus relaciones sociales.
- Aprende cosas nuevas y mantén tu mente activa.
- Realiza actividad física regularmente.
- Cuida tu alimentación y sigue una dieta equilibrada.
- Acude a revisiones médicas periódicas.
Adoptar un estilo de vida activo desde temprana edad es la mejor forma de prevenir la dependencia en la vejez. Pequeños cambios en tus hábitos diarios pueden marcar una gran diferencia en tu calidad de vida a largo plazo.
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