Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), alrededor de 800.000 personas padecen Alzheimer en nuestro país. Es habitual pensar en la enfermedad y poner el foco en el deterioro cognitivo de la persona, como la pérdida de memoria o la desorientación. No obstante, en segundo plano pueden aparecer problemas conductuales como la agitación y la agresividad.
Los episodios de agresividad en el Alzheimer pueden aparecer a lo largo de la evolución de la enfermedad. Entender las causas que provocan estos episodios es muy importante para tratar de prevenirlos o poner en marcha estrategias que reconduzcan la situación.
¿En qué consiste la conducta agresiva en la demencia?
Los términos agitación y agresividad suelen confundirse con relativa frecuencia cuando se relacionan con la demencia:
- La agitación puede aparecer en pacientes de Alzheimer, observándose la dificultad de estos por permanecer en un mismo sitio. También puede denotarse un estado preocupación e inquietud.
- Los problemas de comportamiento, como la agresividad, pueden aparecer por diversas causas. Esta puede mostrarse en forma de agresividad verbal, como gritos o insultos. También suceder episodios de agresividad física.
Lo cierto es que no existe una clase de «Alzheimer agresivo». Es la propia evolución de la enfermedad la que puede terminar haciendo que aparezcan este tipo de situaciones en quienes la padecen.
La agresividad en el Alzheimer o los episodios que la gente suele llamar erróneamente “demencia agresiva” cuando en realidad son conductas agresivas, se dan tanto en personas tranquilas como en personas más irascibles. Es un síntoma que puede no estar asociado al carácter de la persona cuando estaba sana. Jamás debemos tomar esas reacciones como algo personal. Es preciso empatizar con el paciente y tener en cuenta cómo era antes de enfermar.
Causas de la agresividad en enfermos de Alzheimer
Es muy recomendable conocer las causas de la conducta agresiva en los enfermos de Alzhéimer para intentar, en la medida de lo posible, evitar los detonantes y mejorar así su calidad de vida.
Las causas más frecuentes de agresividad en enfermos de Alzhéimer son:
- Irritabilidad: a veces la irritabilidad puede aparecer como consecuencia de la frustración de la persona. El no saber cómo comunicar al entorno un determinado malestar o dolor.
- Sensibilidad a estímulos y cambios de rutinas: al estar rodeadas de mucha gente, ruido y/o tumulto las personas con Alzheimer pueden llegar a sentirse abrumadas.
- Delirio y alucinaciones: en ocasiones, la evolución de la enfermedad puede causar que las personas afectadas sufran delirios y/o alucinaciones. Entre otras cosas, estos pueden generar inseguridad en la persona hacia sus familiares y cuidadores, y llevar a algunos momentos de tensión y estrés.
¿En qué fase se produce la agresividad en el Alzheimer?
Actualmente, se establece una distinción de hasta 7 fases en la enfermedad de Alzheimer, que pueden agruparse en tres grandes etapas.
- Primera etapa o fase leve: no aparecen síntomas de forma habitual, por lo que puede pasar desapercibida.
- Segunda etapa o fase moderada de la enfermedad: pueden aparecer señales de agresividad en la persona.
- Tercera etapa o fase grave: se corresponde con que la persona se vuelve totalmente dependiente debido a su deterioro cognitivo y físico.
Habitualmente, la asociación entre Alzheimer y agresividad se produce en la segunda etapa o fase moderada de la enfermedad. Suele ser la etapa más larga de la enfermedad. Puede durar semanas, meses o incluso años, por lo que es difícil concretar cuánto puede durar una fase agresiva en el Alzheimer.
¿Qué hacer cuando un enfermo de Alzheimer se pone agresivo?
Saber cómo tratar a un enfermo con Alzhéimer con conducta agresiva es igual de importante que conocer los detonantes de esta conducta. A continuación, te dejamos 7 consejos para saber qué hacer cuando un enfermo de Alzhéimer se pone agresivo.
- Identifica la causa: saber qué ha podido producir el comportamiento agresivo te ayudará a evitar episodios similares en el futuro o reconducir la situación dado el momento. Piensa en el espacio, los objetos, la conversación, el entorno, etc. y busca si puede haber una relación con su conducta agresiva.
- Descartar el malestar físico: analiza si existen causas físicas que puedan generar malestar o dolor como fiebre, calor o frío, es importante ir descartándolas.
- No te irrites, no es personal: debemos huir de la pesadumbre y el enfado porque no es una cuestión personal. La agresividad en el Alzheimer puede aparecer en función de la evolución de la enfermedad. No es más que eso.
- La empatía es vital: cuidar de un enfermo de Alzheimer puede ser muy laborioso. Por ello, es fundamental que potencies tu empatía hacia la persona con Alzhéimer y conozcas cuál es su realidad. Para frenar un momento de irritabilidad, habla en voz baja, con un tono tranquilo y afectuoso para que la persona que escuche se relaje y sienta el cariño que le tienes.
- Intenta distraer su atención: dirige su atención a otro momento, lugar u objeto con un comentario o gesto, esto contribuirá a guiarle de ese estado agresivo a uno más favorable.
- Oriéntale en los momentos de confusión: las buenas condiciones ambientales del espacio, la iluminación y temperatura pueden ayudar a que la persona con Alzheimer no llegue a estadios de desorientación y que estos deriven en momentos agresivos. Puedes utilizar fotografías y objetos personales reconocibles para ayudarle a orientarse en momentos de confusión.
- Garantiza su seguridad: siempre debemos garantizar la seguridad del enfermo y la nuestra si se produjera una reacción agresiva (como golpear a alguien, arrojar objetos, etc.). Adapta el espacio y entorno a las circunstancias y, el en caso de que la situación se vuelva complicada, consulta y pide ayuda a profesionales.
Centros Emera para personas que sufren Alzheimer
En nuestras residencias y centros de día para mayores atendemos a la persona mayor según nuestro modelo de cuidados en acompañamiento. Se manifiesta un plan de atención y cuidados totalmente personalizado en función de las necesidades de cada persona, algo esencial en el caso de las personas mayores con Alzheimer.
Las residencias y centros de día Emera son centros libres de sujeciones, lo que significa que no utilizamos ningún tipo de sujeción física que limite el movimiento de la persona mayor. Este conceptos se enmarca en el programa “Desatar al Anciano y al enfermo de Alzheimer” avalador por CEOMA (Confederación Española de Organizaciones de Mayores). Nuestros centros cuentan con espacios adaptados y profesionales en el manejo de conductas y caídas, medidas técnicas, ambientales y organizativas adecuadas para proporcionar a la persona mayor un entorno adaptado y seguro en beneficio de la libertad de movimientos.
Eliminar el uso de las sujeciones implica respetar la dignidad de la persona mayor y mejora significativamente su calidad de vida.
Entre los beneficios que aporta a las personas mayores con Alzheimer el trabajar sin sujeciones, destacan la mejoría física con menores niveles de atrofia y la disminución de caídas con consecuencias graves. En el plano psicoemocional, también se ha observado una disminución de la apatía, la confusión, ira, ansiedad, agitación y agresividad en personas con Alzheimer.
Si deseas más información, puedes consultar en este enlace los cuidados que reciben las personas con Alzheimer en las residencias Emera.
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