La preocupación por la salud de nuestros mayores es una constante, y uno de los indicadores que a menudo genera dudas es la tensión arterial. Si has notado que un adulto mayor tiene valores bajos y te preguntas cómo subir la tensión a una persona mayor, has de saber que es una situación que requiere atención y un manejo adecuado para evitar complicaciones.
Comprender por qué ocurre y qué medidas tomar es el primer paso para garantizar su bienestar, un objetivo que compartimos en nuestra residencia de la tercera edad. En esta guía, te explicamos las claves que te ayudarán a manejar esta condición de manera efectiva y segura.
¿Qué es la tensión baja en personas mayores?
La tensión baja, conocida en términos médicos como hipotensión, se produce cuando las lecturas de la presión arterial son inferiores a 90/60 mmHg [1]. La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón.
Aunque una tensión arterial baja es deseable para muchas personas, en la tercera edad una caída significativa o persistente de estos valores alerta sobre posibles problemas de salud. Es importante diferenciar entre una tensión constitutivamente baja, que no genera síntomas, y episodios de hipotensión que afectan la calidad de vida de la persona mayor.
Entender qué significa la tensión muy baja en ancianos implica reconocer que el cerebro y otros órganos vitales podrían no estar recibiendo el flujo sanguíneo suficiente para funcionar correctamente. Esto eleva el riesgo de mareos, caídas y otras complicaciones serias [2].
Causas más frecuentes de hipotensión en personas mayores
Identificar el origen de la hipotensión es imprescindible para determinar la mejor estrategia a seguir. Las causas varían desde procesos fisiológicos hasta factores ambientales o médicos.
Cambios fisiológicos
El propio proceso de envejecimiento conlleva alteraciones en el control de la presión arterial. Los barorreceptores (sensores del cuerpo que regulan la tensión) se vuelven menos sensibles y las arterias más rígidas, lo que dificulta la compensación rápida de los cambios posturales [3]. Esto significa que el organismo del adulto mayor tarda más en reaccionar ante una bajada de presión, haciendo más probable la hipotensión ortostática.
Asimismo, el sistema nervioso simpático, que actúa como el “sistema de alerta” del organismo, funciona con menos intensidad en la tercera edad. Como consecuencia, en los mayores, este mecanismo responde más lentamente [3]. Por esta razón, el corazón tarda más tiempo en acelerar cuando hace falta compensar una bajada de tensión, lo que explica por qué la hipotensión ortostática es tan prevalente en esta población.
Medicamentos
Existen medicamentos habituales en mayores que provocan hipotensión arterial. Entre ellos se encuentran [4]:
- Los diuréticos, que aumentan la eliminación de líquidos.
- Los fármacos para el corazón y la hipertensión (betabloqueantes, nitratos, etc.).
- Algunos antidepresivos y ansiolíticos.
- Ciertos analgésicos
Estos medicamentos disminuyen la presión sanguínea como efecto terapéutico o secundario. Por ejemplo, una persona mayor con presión alta que tome su pastilla podría experimentar una bajada excesiva si la dosis es fuerte. Es importante revisar periódicamente con el médico los tratamientos farmacológicos y ajustar la dosis si hay sospecha de que algún fármaco está reduciendo demasiado su tensión.
Deshidratación
La falta de líquidos en el organismo es una causa muy frecuente de tensión baja en personas mayores. Cuando un adulto mayor no bebe suficiente agua a lo largo del día, disminuye su volumen de sangre circulante y con ello cae la presión arterial [4].
Los mayores son propensos a deshidratarse, ya que la sensación de sed se atenúa con la edad y a veces evitan beber con el fin de no ir al baño por la noche. Un estado de deshidratación leve puede manifestarse en mareos o debilidad al ponerse de pie. Por eso, la hidratación en la tercera edad es esencial para prevenir episodios hipotensivos.
Infecciones
Las infecciones graves tienden a desencadenar hipotensión repentina en personas mayores. Si el organismo combate una infección intensa (por ejemplo, una sepsis o infección generalizada en sangre), los vasos sanguíneos se dilatan y la presión disminuye drásticamente [5].
Este tipo de bajada de tensión asociada a infección es un signo de alarma, ya que muchas veces se asocia a un estado de shock séptico. Por lo tanto, ante fiebre alta, debilidad extrema o confusión en un mayor (posibles síntomas de infección), conviene controlar su presión y buscar ayuda médica inmediata.
Insuficiencia cardíaca
Los problemas en el funcionamiento del corazón constituyen otra de las causas de tensión baja en ancianos. Cuando hay insuficiencia cardíaca, el corazón no bombea la sangre con fuerza suficiente y, como resultado, la tensión arterial tiende a mantenerse baja [4].
Muchos mayores con enfermedades cardíacas crónicas experimentan hipotensión en distintos momentos, especialmente si también toman medicación cardíaca. Un seguimiento médico cercano, con ajustes en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, ayuda a evitar que la tensión baje a niveles problemáticos.
Cambios posturales bruscos
Levantarse demasiado rápido de la cama o de la silla puede hacer que la tensión caiga de golpe. Es la llamada hipotensión ortostática, muy común en adultos mayores: afecta a cerca de una quinta parte de las personas de más de 65 años [3].
Cuando una persona pasa de estar acostada o sentada a ponerse de pie abruptamente, la gravedad hace que la sangre se acumule en las piernas momentáneamente. Si el sistema circulatorio no reacciona al instante (y en los mayores suele responder más lento), la presión cerebral baja y sobrevienen mareos.
Para evitar estos sustos, lo mejor es incorporarse lentamente, dando unos segundos al cuerpo para ajustarse. También es recomendable mover las piernas y los tobillos antes de ponerse de pie, facilitando el retorno de sangre al corazón.
Síntomas de tensión baja en personas mayores
Una caída de tensión en una persona de la tercera edad se manifiesta a través de varios síntomas característicos que conviene reconocer. Muchos de estos signos resultan de la disminución del flujo sanguíneo al cerebro y otros órganos.
Entre las señales más habituales de tensión baja en las personas mayores figuran los mareos, la debilidad o sensación de desvanecimiento, la visión borrosa e incluso los desmayos breves [5]. También pueden experimentar fatiga inusual y falta de energía tras una bajada de presión. A continuación, describimos algunos de estos síntomas en detalle:
Mareos
El mareo repentino es a menudo la primera señal de alarma. El adulto mayor puede referir que “le da vueltas la cabeza” o notar inestabilidad al ponerse de pie. Este síntoma se produce porque, al bajar la tensión, llega menos sangre al cerebro por unos instantes, causando esa sensación vertiginosa.
Si ves que la persona mayor cierra los ojos o busca dónde apoyarse al levantarse, podría estar sufriendo un mareo por hipotensión. En esos casos, lo mejor es sentarlo de nuevo y elevarle ligeramente las piernas hasta que se recupere.
Debilidad
Junto con el mareo, suele aparecer una debilidad generalizada. Siente de pronto que le fallan las fuerzas, como si estuviera muy flojo o sin energías. Esta debilidad puede notarse en las piernas (que “se aflojan”) y en una súbita palidez del rostro. La baja presión reduce la llegada de oxígeno a músculos y tejidos, provocando esa sensación de flojera.
Visión borrosa
Otro síntoma asociado a la hipotensión es la visión borrosa o nublada. La persona mayor puede mencionar que de pronto “ve todo blanco o negro” o que le aparecen manchas en el campo visual. En este caso, la irrigación sanguínea de los ojos y el cerebro disminuye momentáneamente con la bajada de presión, afectando la capacidad de enfocar. La visión borrosa dura pocos segundos y mejora al acostar al afectado o subirle las piernas para que vuelva a fluir sangre hacia la cabeza.
Aunque es un efecto pasajero, este síntoma es peligroso si aparece cuando el mayor está caminando, pues incrementa el riesgo de tropiezo o caída al no ver bien por unos instantes.
Desmayos
Probablemente, las lipotimias o desmayos sean la manifestación más aparente de la tensión baja. En una bajada brusca, puede perder el conocimiento por unos segundos y desplomarse si está de pie [5].
Por lo general, es un desmayo breve (síncope) del que la persona se recupera espontáneamente al quedar en el suelo, pues en posición horizontal regresa el flujo sanguíneo al cerebro. No obstante, estas pérdidas de conocimiento conllevan mucho peligro de lesión: existe el riesgo de que la persona mayor pueda golpearse al caer.
Por ello, ante los primeros signos (mareo intenso, sudor frío, palidez marcada), es importante sentar o acostar al anciano de inmediato para prevenir una caída traumática. Una vez repuesto del desmayo, conviene que sea evaluado por un médico.
Métodos de Emera para subir la tensión en personas mayores
En Grupo Emera abordamos la hipotensión con un enfoque integral y personalizado, centrado en la seguridad y la calidad de vida de nuestros residentes. Contamos con un equipo sanitario interdisciplinar que evalúa cada caso para aplicar las soluciones más adecuadas.
Hidratación adecuada
Fomentamos que nuestros mayores estén bien hidratados ofreciéndoles agua, infusiones o caldos de forma periódica. Beber más agua aumenta el volumen sanguíneo y previene la deshidratación, imprescindible para tratar la tensión baja [1].
En días calurosos o tras alguna actividad física, recordamos la importancia de ingerir líquidos adicionales. Con una hidratación constante, las bajadas de tensión por falta de volumen se reducen notablemente.
Cambios en la dieta
Una dieta equilibrada es un pilar en el control de la tensión en personas mayores. Algunas recomendaciones incluyen:
- Aumentar moderadamente el consumo de sal: siempre bajo supervisión médica, un ligero incremento de sodio ayuda a retener líquidos y aumentar la presión arterial [1].
- Comidas pequeñas y frecuentes: ingerir grandes cantidades de comida, sobre todo rica en carbohidratos, desvía un gran flujo de sangre hacia el sistema digestivo, lo que puede causar una bajada de tensión postprandial (después de comer). Es preferible hacer cinco o seis comidas más pequeñas.
- Limitar el alcohol: el alcohol deshidrata y dilata los vasos sanguíneos, lo que contribuye a bajar la tensión.
Actividad física y ejercicio
El ejercicio moderado mejora la circulación sanguínea y fortalece el sistema cardiovascular. Los programas de actividad física para adultos mayores con hipotensión enfatizan ejercicios aeróbicos de bajo impacto. La natación, caminar y los ejercicios en silla son opciones seguras y efectivas.
Por su parte, el yoga terapéutico para adultos mayores también ofrece beneficios importantes, ya que combina movimientos suaves con técnicas de respiración que favorecen la estabilidad circulatoria.
Los ejercicios isométricos ligeros, como apretar una pelota de goma, ayudan a elevar temporalmente la presión arterial antes de cambios posturales. Estas técnicas son útiles para prevenir la hipotensión ortostática.
Medicamentos y suplementos
Cuando las medidas básicas no son suficientes, el médico puede valorar el uso de medicación para subir la tensión. Existen fármacos específicos que tratan la hipotensión crónica u ortostática, por ejemplo [1]:
- Fludrocortisona: es un tipo de corticoide que ayuda a elevar la presión, reteniendo sodio y aumentando el volumen de sangre.
- Midodrina: contrae los vasos sanguíneos periféricos y así logra subir la tensión arterial.
Estos fármacos se prescriben con cuidado, evaluando contraindicaciones, y se reservan para casos de hipotensión persistente que afecta la calidad de vida del mayor.
Por otro lado, si la tensión baja se debe a déficit de vitaminas o anemia, el médico puede indicar suplementos nutricionales (por ejemplo, vitamina B12, hierro o ácido fólico) para corregir la causa subyacente y con ello normalizar la presión.
Manejo del estrés
El estrés y las emociones fuertes influyen en la presión arterial. Los episodios de miedo, dolor intenso o ansiedad a veces desencadenan una respuesta vagal exagerada en su organismo, produciendo vasodilatación y una frecuencia cardíaca lenta que derivan en un desmayo por bajada de tensión [6].
Por eso, en Emera también nos enfocamos en el manejo del estrés y las emociones de nuestros residentes, mediante terapias psicológicas para adultos mayores. A su vez, animamos al adulto mayor a practicar técnicas de relajación sencillas, como respiraciones profundas o escuchar música suave, sobre todo si lo notamos agitado. También es importante asegurar un descanso nocturno adecuado, pues la falta de sueño contribuye a aumentar la reactividad al estrés durante el día.
Consejos para mantener una tensión arterial saludable
Lograr y mantener una tensión arterial saludable en la tercera edad requiere constancia en los cuidados cotidianos. Si te preguntas cómo conseguir un envejecimiento saludable y tener una buena salud cardiovascular, aquí te ofrecemos algunos consejos prácticos:
- Hidratación diaria: asegúrate de que la persona mayor beba suficientes líquidos a lo largo del día. Agua, infusiones y caldos pueden integrarse en su rutina. Evita que pase muchas horas sin beber, incluso si no manifiesta sed.
- Alimentación equilibrada: ofrece una dieta variada y nutritiva. Incluye alimentos ricos en hierro y vitaminas (verduras de hoja verde, legumbres, carnes magras, frutas) para prevenir anemias. Distribuye las comidas en porciones moderadas y más frecuentes.
- Ejercicio moderado: promueve que el adulto mayor realice actividad física suave de forma regular. Caminar un poco cada día, hacer ejercicios de estiramiento o participar en clases de gimnasia para mayores mejora su circulación y ayuda a regular la presión.
- Incorporarse lentamente: después de estar acostado o sentado, debe tomarse su tiempo al ponerse de pie.
- Revisiones médicas periódicas: es importante controlar regularmente la presión arterial del mayor en sus visitas médicas. Si se detectan tendencias a la baja, el profesional podrá ajustar medicamentos (por ejemplo, bajar la dosis de antihipertensivos) o recomendar medidas adicionales. Nunca modificar tratamientos por cuenta propia.
- Entorno seguro y apoyo: en casa, procura que el entorno esté libre de peligros en caso de un mareo (alfombras fijas, pasamanos en pasillos y baño, buena iluminación). Si la tensión baja es un problema frecuente, considera contar con ayuda profesional o servicios especializados, como residencias o centros de día, donde esté supervisado.
Con estas pautas, contribuirás a que tu familiar mantenga su presión arterial dentro de rangos saludables en el día a día. La combinación de buena hidratación, alimentación, ejercicio y control médico es la fórmula para un envejecimiento estable, evitando los sobresaltos de la hipotensión.
En definitiva, saber cómo subir la tensión en personas mayores requiere un enfoque multifacético que combine hidratación, nutrición, ejercicio y, si es necesario, tratamiento médico. La supervisión profesional es clave para ajustar las medidas a las necesidades individuales y garantizar la máxima seguridad y bienestar para nuestros mayores.
Referencias
[1] Fundación Mayo para la Educación y la Investigación Médicas. (2024, noviembre 7). Presión arterial baja (hipotensión). Síntomas y causas. Mayo Clinic. https:// mayoclinic.org/es/diseases-conditions/low-blood-pressure/symptoms-causes/syc-20355465
[2] American Heart Association. (2024, mayo 6). Low Blood Pressure – When Blood Pressure Is Too Low. https:// heart.org/en/health-topics/high-blood-pressure/the-facts-about-high-blood-pressure/low-blood-pressure-when-blood-pressure-is-too-low
[3] Thompson, A. D., & Shea, M. J. (2024, agosto). Hipotensión ortostática. En Manual Merck versión para profesionales. Merck & Co., Inc. https:// merckmanuals.com/es-us/professional/trastornos-cardiovasculares/s%C3%ADntomas-de-las-enfermedades-cardiovasculares/hipotensi%C3%B3n-ortost%C3%A1tica
[4] Enciclopedia Médica A.D.A.M. (2023). Hipotensión. https:// medlineplus.gov/spanish/ency/article/007278.htm
[5] Ostos, R. (2024, junio 25). ¿Cómo subir la presión baja? Centro Médico ABC. https:// centromedicoabc.com/revista-digital/como-subir-la-presion-baja/
[6] Thompson, A. D., & Shea, M. J. (2024, agosto). Síncope. En Manual Merck versión para profesionales. Merck & Co., Inc. https:// msdmanuals.com/es/professional/trastornos-cardiovasculares/s%C3%ADntomas-de-las-enfermedades-cardiovasculares/s%C3%ADncope
Comments are closed.