La fisioterapia es una herramienta esencial para mejorar la movilidad, prevenir lesiones y mantener la independencia en la tercera edad. Más allá de los beneficios físicos, es clave para reforzar la confianza y prevenir el aislamiento social, ofreciendo una vida plena y activa a nuestros mayores. En este artículo, te damos a conocer las claves de por qué la fisioterapia en personas mayores supone un gran beneficio para todos nuestros residentes. ¡Sigue leyendo y no pierdas detalle!
¿Por qué es importante la fisioterapia en personas mayores?
A medida que envejecemos, la movilidad, la fuerza muscular y el equilibrio tienden a disminuir, aumentando el riesgo de caídas y otras complicaciones. La fisioterapia ayuda a:
- Mejorar la fuerza y flexibilidad: Mantener músculos y articulaciones saludables para las actividades diarias.
- Reducir el dolor crónico: Especialmente en condiciones como la artritis o el dolor lumbar.
- Prevenir complicaciones de salud: Evitando la inmovilidad que puede conducir a problemas cardiovasculares o respiratorios.
- Fomentar la independencia: Ayudando a las personas mayores a mantener su calidad de vida.
Patologías comunes que aborda la fisioterapia geriátrica
Artrosis y Osteoporosis
Estas condiciones degenerativas afectan a millones de personas mayores, causando dolor y rigidez. La fisioterapia utiliza ejercicios de bajo impacto y masoterapia para aliviar los síntomas y mejorar la movilidad.
Trastornos neurológicos
Enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer pueden reducir la coordinación y el equilibrio. Las técnicas de fisioterapia, como el entrenamiento de la marcha y los ejercicios de equilibrio, son esenciales para mantener la funcionalidad.
Recuperación tras caídas o cirugías
La rehabilitación personalizada ayuda a restaurar la movilidad tras fracturas o procedimientos quirúrgicos, reduciendo el tiempo de recuperación.
Prevención de caídas
Las caídas son una de las principales causas de lesiones graves en los mayores. La fisioterapia ofrece estrategias claras para prevenirlas:
- Entrenamiento de equilibrio: Ejercicios como el Tai Chi o movimientos funcionales.
- Fortalecimiento muscular: Programas dirigidos a las extremidades inferiores para mejorar la estabilidad.
- Educación postural: Enseñar a los mayores cómo moverse de manera segura.
Beneficios emocionales y psicológicos
Además de los beneficios físicos, la fisioterapia también tiene un impacto positivo en la salud mental. Los pacientes reportan:
- Mejor autoestima: Al recuperar habilidades perdidas.
- Reducción del aislamiento: La interacción con fisioterapeutas fomenta el contacto social.
- Confianza renovada: Especialmente tras lesiones o caídas.
Técnicas avanzadas en fisioterapia geriátrica
Electroterapia
Se utiliza para reducir el dolor y estimular los músculos debilitados. Es especialmente útil en pacientes con artrosis o lesiones postquirúrgicas.
Hidroterapia
El agua reduce el impacto en las articulaciones, facilitando movimientos que serían dolorosos en tierra firme. También mejora el equilibrio y la fuerza.
Terapias tecnológicas
Dispositivos como plataformas vibratorias o sistemas de realidad virtual ayudan a entrenar el equilibrio y la coordinación de manera innovadora.
El envejecimiento es un proceso natural , inevitable e irreversible que se produce en nuestro cuerpo con el paso del tiempo.
A medida que nos hacemos mayores vamos perdiendo facultades físicas e irremediablemente nuestro cuerpo se deteriora de manera general y multiorgánica. Entre otros muchos procesos, los músculos – incluido el corazón- y las neuronas se atrofian, las articulaciones se desgastan, los huesos pierden densidad y los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos. Todo ello desemboca al final en una pérdida de autonomía y capacidad para llevar a cabo nuestro día a día que a veces puede llegar a ser muy limitante. Este fenómeno no se debe considerar una enfermedad si no un hecho natural, por lo que no se puede curar o remediar, pero sí combatir o enlentecer.
Esto último es básico para entender la labor de un fisioterapeuta en gente mayor ya que se encarga, una vez llegados a esta etapa de la vida, de ayudar a mantener al máximo todas esas capacidades físicas que preserven en mayor medida la movilidad autónoma de una persona. Para lograrlo lo primordial es promover una vida dinámica donde la persona deje de tener una rutina sedentaria y realice cierta actividad física a diario -y, por supuesto, tratar todas aquellas dolencias o lesiones que le impidan poder hacerlo. Dicho de otro modo, lo esencial para no perder movilidad es moverse y la tarea de un fisioterapeuta es impulsarlo y eliminar todos los obstáculos, factores y/o circunstancias -como lesiones- que puedan impedirlo o dificultarlo.
Es así de simple, de la misma forma que, para no perder una habilidad o destreza, simplemente no hay que dejar de practicarla, en el caso que nos ocupa sucede lo mismo, si no quieres perder movilidad, nunca dejes de moverte, por este motivo, entre otros muchos, uno de los pilares básicos de Emera España es la apuesta por un trabajo de atención a nuestros residentes sin el uso de sujeciones físicas ni químicas.
Desde la residencias de mayores de Emera España, trabajamos para que nuestros residentes asimilen este concepto y entiendan la importancia de tener una vida activa en la que, al realizar ejercicio físico, tendremos mucho terreno ganado. Por ejercicio físico podemos entender cualquier actividad que implique mover las articulaciones de tu cuerpo, como pasarse un balón por ejemplo, o algo a nivel más general como puede ser el mero hecho de dar un paseo (sea a pie, con bastón o auto-propulsándote en tu silla de ruedas) donde impliquemos nuestro sistema cardiovascular.
Los beneficios que se pueden obtener realizando ejercicio físico son muchos y muy diversos:
- Reducir la ansiedad y la depresión gracias a la liberación de endorfinas, dopamina, serotonina y noradrenalina que producen sensación de bienestar y ayudan a regular y estabilizar los estados emocionales.
- Reducir el dolor gracias también a las endorfinas liberadas durante el ejercicio.
- Mejorar la supervivencia de las neuronas y de los nervios, reduciendo las probabilidades de padecer enfermedades como el Alzheimer y favoreciendo habilidades cognitivas tales como la memoria y/o la atención .
- Reducir la atrofia muscular y mejorar o mantener la movilidad articular.
- Socializar con otras personas cuando se realizan sesiones grupales.
- Mediante la contracción de los músculos durante el ejercicio activar la circulación y mejorar el retorno venoso ahorrando además trabajo al corazón a la hora de bombear la sangre hacia todo el cuerpo.
Estos Incluso se pueden notar en enfermedades como la artrosis o el Alzheimer, que, a pesar de darse mayoritariamente durante la vejez, no deben considerarse propios de la vejez.
No todas las personas envejecen del mismo modo o al mismo ritmo, por lo que las actividades terapéuticas que se realizarán con ellos variarán según cada persona. Así se debe emplear un plan individualizado que tenga en cuenta los múltiples factores que intervienen en la senectud adaptando la frecuencia, la intensidad o el tipo de actividad a cada situación. De este modo se priorizará la terapia con una persona que tenga un mayor riesgo de perder sus capacidades físicas preservadas aumentando la frecuencia semanal en relación a otra persona que no tenga riesgo alguno. El tipo de ejercicio, también variará según las capacidades físicas que se vean afectadas.
Así por ejemplo, en una persona que empiece a tener debilidad en las extremidades inferiores se hará un trabajo de refuerzo muscular del tren inferior y deambulación, aumentando la frecuencia de 2 a 3 días por semana-a veces incluso hasta 4- si se considerara oportuno. Por otra parte, si el problema de movilidad o fuerza se encuentra en un hombro nos centraremos en ejercicios en los que se trabaje el balance muscular y articular de dicha articulación (juegos de pelota, poleas…).
Dicho esto y concluyendo, a pesar de que la competencia del profesional es clave, para que todo este trabajo pueda realizarse de manera óptima es necesario que vaya acompañado de unas buenas instalaciones. En la residencia de mayores en Barcelona de Sant Genis somos conscientes de ello y por eso disponemos de un gimnasio amplio y luminoso dotado con las equipaciones necesarias -paralelas, poleas, rampa, escaleras, mesa camilla, infrarrojos, ultrasonidos…- para que se pueda desarrollar esta labor en todo su esplendor y de la manera más agradable y cómoda para nuestros residentes mayores ya que sabemos que es indispensable para su salud y bienestar y que además les encanta.
Lectura recomendada: Día internacional de la fisioterapia: Entrevistamos a los fisioterapeutas de Emera
Desde Emera España cuidamos el servicio de fisioterapia y rehabilitación como parte de nuestros servicios asistenciales para personas de la tercera edad para que todos nuestros residentes tengan la mayor autonomía posible y calidad de vida.
Samuel Quílez
Diplomado en Fisioterapia
n.º col:9397
Barcelona
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