Las escaras en ancianos son un problema común que afecta la salud y el bienestar de las personas mayores, especialmente aquellas con movilidad reducida. Estas lesiones en la piel, también conocidas como úlceras por presión, pueden prevenirse con el cuidado adecuado y la información correcta. En este artículo del blog de Emera, veremos las causas, síntomas y métodos efectivos para prevenir y tratar las escaras, garantizando una mejor calidad de vida para nuestros seres queridos de edad avanzada.
Úlceras por presión en personas mayores
Las úlceras por presión o escaras en ancianos se producen por falta de movilidad o por estar mucho tiempo en la misma posición. Comienzan como un enrojecimiento de la piel y, de no ser tratadas correctamente, con el tiempo terminan convirtiéndose en úlceras. Si convives con una persona mayor en casa, es importante saber identificarlas para evitar que se desarrollen. Te contamos qué son las escaras en personas mayores, cuáles son las principales causas de su aparición y cómo prevenirlas.
¿Qué son las escaras?
Las escaras son lesiones cutáneas producidas como consecuencia de un contacto continuo de la piel con alguna superficie. Ocurre cuando el tejido muerto se desprende de la piel sana. Son frecuentes en personas mayores con movilidad reducida. Esa falta de cambio postural provoca que determinadas partes del cuerpo soporten mayor presión a lo largo del día. A esto hay que sumarle otros factores como la incontinencia, la humedad, o una hidratación y dieta no adecuadas como desencadenantes de las escaras.
Cuando nuestros mayores pasan mucho tiempo encamados o en silla de ruedas, es habitual que aparezcan las escaras. Al permanecer largos periodos en la misma postura y el roce de la piel con tejidos no naturales, es frecuente que terminen derivando en úlceras. La zona más afectada son los glúteos, aunque también es común verlas en tobillos, nuca, hombros, rodillas o codos y caderas.
Existen cuatro estadios o etapas diferentes en función de la gravedad de las escaras en personas mayores. Por esto, identificarlas es esencial para impedir que vayan a más y saber cómo curar escaras según su estadio. Esta es una labor habitual en el cuidado de personas mayores dependientes.
- Etapa I. La escara suele tener un color rojizo o amoratado y no cambia de color al presionar la zona. Para curarla, bastará con lavar con jabón neutro, enjuagar, secar bien y aplicar una crema hidratante.
- Etapa II. Se produce la pérdida de tejido cutáneo, provocando la formación de ampollas o llagas. Es recomendable que en esta etapa sean valoradas por personal sanitario debido a que supone una pérdida de la integridad cutánea y ello puede conllevar infecciones con gran facilidad.
- Etapa III. En este estadio hay pérdida del grosor de la piel y la llaga forma una especie de cráter. Afecta al tejido subcutáneo, por lo que debe ser tratada por personal sanitario.
- Etapa IV. Es la fase más severa y, al igual que en la anterior, debe ser asistida médicamente.
¿Por qué aparecen escaras en las personas mayores?
Las escaras en personas mayores suelen producirse por tres razones:
- Presión continua en una zona concreta del cuerpo. La presión constante durante largos periodos de tiempo impide un flujo sanguíneo correcto. Esto hace que lleguen menos oxígeno y nutrientes a las células de la piel.
- Roce continuo del cuerpo con superficies externas. Esta razón está muy relacionada con la anterior.
- Fricción de la piel con la ropa. Generalmente, ocurre cuando existe presencia de humedad. El exceso de calor, la sudoración o, incluso, un secado insuficiente tras el baño.
Además, hay situaciones o circunstancias que favorecen su aparición en el adulto mayor, como la sequedad de la piel, edemas que puedan existir, algunas infecciones…
¿Cómo evitar las escaras en ancianos?
La prevención de las escaras es fundamental para aumentar la calidad de vida de nuestros mayores. A continuación, te dejamos algunas recomendaciones:
Favorecer la movilidad y los cambios posturales
Ayudar a realizar cambios posturales frecuentes a personas mayores dependientes aliviará la presión en zonas propensas a la formación de escaras. Cambios posturales frecuentes, para quienes tengan que permanecer en cama y en silla de ruedas. Si cuentan con cierta autonomía, debemos animarlos a moverse y cambiar de postura periódicamente.
Cuando hablamos de pacientes en cama es aconsejable movilizarlos entre dos personas o ayudarnos de aparatos auxiliares. Así evitaremos exponer la piel a la presión directa por rozamientos. También es importante que no coloquemos a la persona sobre prominencias óseas que presenten escaras.
Utilizar dispositivos de apoyo
Los dispositivos de apoyo, como cojines, almohadas, etc., también ayudan a reducir la presión y prevenir las escaras en personas mayores. Las almohadas y cuñas de espuma van a contribuir a evitar presiones en las prominencias óseas.
Emplea superficies cómodas con materiales blandos. Los cojines de gel para quienes estén en silla de ruedas y los colchones de viscoelástica para encamados, son alternativas excelentes. También podemos proteger localmente aquellas zonas especialmente vulnerables.
Observar y cuidar la piel
Controlar el estado de la piel de las personas mayores es muy importante para adelantarnos a posibles ulceraciones. Si observamos a diario la piel de nuestros mayores evitaremos la aparición de escaras. O al menos, podremos identificarlas y tratarlas en fases tempranas. Te dejamos una serie de recomendaciones para vigilar la piel de tus mayores y mantenerla en un estado óptimo.
- Revisa las áreas más propensas; prominencias óseas como codos, talones, tobillos, etc.
- Asea a la persona con frecuencia utilizando jabones neutros para evitar irritaciones cutáneas, manteniendo la piel siempre limpia y seca.
- Mantén su piel hidratada con cremas, gel de aloe vera, aceites esenciales… En la medida de lo posible, utiliza productos naturales. Por el contrario, evita emplear alcohol, puesto que deshidrata la piel.
- Los tejidos naturales de las prendas de ropa también van a ser menos dañinos para la piel de nuestros mayores.
- Vigila aquellas zonas de la piel que puedan estar más expuestas a la humedad. Por otro lado, estate atento a otras zonas que presenten cierta sequedad y revísalas para ver su evolución.
Otras formas de prevenir las escaras
Tanto los cuidadores como los familiares de los adultos mayores pueden controlar la mayoría de factores extrínsecos para evitar escaras, es decir, los cuidados de la piel, la movilización o los cambios posturales frecuentes… Sin embargo, existen otros factores que juegan en contra nuestra al ser más difíciles de detectar. En cualquier caso, hay muchas formas de prevenir la formación de escaras en nuestros mayores:
Vigila su nutrición
El riesgo de formación de este tipo de lesión en la piel será menor siguiendo una dieta adecuada. Es común optar por suplementos dietéticos de calorías y proteínas en forma de batidos. Consulta con su doctor para que te dé las pautas a seguir para su administración. Por supuesto, también debemos insistir al paciente respecto a la importancia de mantenerse correctamente hidratados.
Realizar masajes
Los masajes suaves y específicos de las zonas propensas a lesiones cutáneas contribuyen a mantener la piel tonificada. Siempre deben realizarse sobre la piel limpia, seca e hidratada. Puedes ayudarte aplicando cremas hidratantes o aceites. Hay que evitar las prominencias óseas o ser muy delicados en estas áreas. Si existen señales de la aparición de escaras, no aplicaremos masajes en esa zona.
Minimizar riesgos de roces con la piel
Supervisar la ropa, sábanas, vendas y cualquier otro tejido que vaya a estar en contacto con la piel. Debemos ser muy pulcros a la hora de hacer la cama. Asegúrate de que la ropa de cama esté limpia, totalmente seca y evita los pliegues y arrugas que se puedan formar. Intenta prescindir de vendajes, apósitos y ropa ajustada.
Esperamos ayudarte a evitar las escaras en las personas mayores con nuestras recomendaciones. Desde Emera, ponemos a tu disposición nuestros centros libres de uso de sujeciones. Un cambio en el paradigma de los cuidados, donde nuestros profesionales se adaptan a las necesidades específicas de cada persona. Para cualquier duda o consulta, no dudes en contactar con nosotros. ¡Llámanos!
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