La hinchazón en los tobillos, la sensación de pesadez o un aumento de peso repentino son señales que nunca deben pasarse por alto en una persona mayor. Saber cómo tratar la retención de líquidos en adultos mayores es esencial para prevenir complicaciones y asegurar su bienestar. Este problema, conocido médicamente como edema, es un indicador de que algo en el organismo no funciona como debería.
Como residencia de ancianos, entendemos tu preocupación y la importancia de actuar con conocimiento. Por eso, hemos preparado esta guía completa que te ayudará a comprender por qué ocurre y qué medidas puedes tomar para manejarlo eficazmente.
- La retención de líquidos afecta principalmente a piernas, tobillos y manos, manifestándose como hinchazón y sensación de pesadez.
- Los síntomas empeoran durante el día debido a la gravedad y se alivian con la elevación de extremidades.
- La dieta baja en sodio y rica en potasio es una medida terapéutica fundamental, a la par de una correcta hidratación, que ayudará a eliminar el exceso de líquidos.
- El ejercicio moderado adaptado mejora la circulación y facilita la eliminación de líquidos acumulados.
- Las causas incluyen problemas circulatorios, enfermedades cardíacas o renales, medicamentos y sedentarismo.
Síntomas de retención de líquidos en adultos mayores
Identificar a tiempo la retención de líquidos es el primer paso para un manejo adecuado. Aunque los síntomas varían según la causa y la persona, existen algunas señales comunes que te alertarán de que algo no va bien.
Hinchazón en piernas, tobillos o manos
La hinchazón en extremidades, también conocida como edema periférico, es el síntoma más visible de la retención de líquidos en ancianos. La persona puede notar un aumento de volumen en piernas, tobillos o incluso manos, debido a la acumulación de líquido en los tejidos [1].
Estos síntomas pueden ser leves al inicio y progresar a lo largo del día, haciéndose más notorio hacia la tarde por efecto de la gravedad. Las piernas y pies de la persona mayor lucen inflamados y, al palpar, se sienten tensos.
Es frecuente que el edema afecte ambas piernas de manera simétrica, aunque puede presentarse en una sola si hay un problema localizado. En cualquier caso, la hinchazón en piernas y tobillos es un signo claro de retención de líquidos que no debemos pasar por alto [2].
Sensación de pesadez o malestar
Junto con la hinchazón, aparece una sensación de pesadez en las zonas afectadas. El anciano puede referir que “le pesan las piernas” o sentir entumecimiento y malestar general en pies y pantorrillas. Esta pesadez dificulta las actividades cotidianas: caminar, estar de pie mucho tiempo o subir escaleras se vuelven tareas más agotadoras.
A su vez, el exceso de líquido en los tejidos tiende a generar cansancio inusual y fatiga, incluso sin haber hecho grandes esfuerzos [3].
Si notas que la persona mayor está más lenta o incómoda por la tarde, podría ser consecuencia del edema acumulado durante el día. Esta pesadez se alivia un poco al descansar con las piernas elevadas, pero regresa si la persona permanece mucho tiempo de pie o sentada sin moverse.
Disminución en la movilidad o rigidez
La retención de líquidos también limita la movilidad del mayor. La inflamación en articulaciones y músculos provoca rigidez y reduce la flexibilidad. Por ejemplo, los tobillos hinchados tal vez no se doblen con facilidad, haciendo torpe la marcha. Del mismo modo, los dedos con edema pierden destreza.
Es común que el edema en piernas cause dificultad para doblar las rodillas o los pies, afectando el equilibrio y la seguridad al caminar. Esta rigidez articular y muscular lleva al adulto mayor a moverse menos por temor a caídas o simplemente por la incomodidad que siente.
Muchas veces, el anciano deja de caminar debido al edema, y esa inactividad a su vez empeora la retención de líquidos, generando así un círculo vicioso.
Aumento rápido de peso sin causa aparente
Un aumento de peso repentino en el adulto mayor, sin cambios en la alimentación, es otro posible signo de retención hídrica. El exceso de líquido acumulado se refleja en la báscula, a veces en cuestión de días. Por ejemplo, ganar dos o tres kilos en una semana puede indicar que el cuerpo está reteniendo agua en exceso.
A diferencia del sobrepeso por grasa, este incremento rápido está acompañado de una hinchazón visible y ropa que aprieta más de lo habitual (especialmente calcetines o zapatos).
Cambios en la piel
La piel presenta alteraciones específicas relacionadas con la retención de líquidos. Las partes inflamadas son más sensibles, tienen mayor enrojecimiento e incluso presentan picazón. En las piernas se siente hormigueo o calambres y a veces aparecen varices [2]. La piel adquiere una textura más tensa y brillante, especialmente en tobillos, piernas y manos.
Recomendaciones para reducir la retención de líquidos
Una vez identificada la retención de líquidos, el siguiente paso es tomar medidas para aliviarla. La buena noticia es que existen pautas simples que permiten reducir el edema en ancianos que puedes aplicar en casa.
Estas recomendaciones forman parte de los consejos para un envejecimiento saludable y contribuyen a mejorar el bienestar general del adulto mayor.
Ejercicio moderado adaptado
La actividad física regular mejora la circulación sanguínea y linfática, facilitando la eliminación de líquidos acumulados. Caminar, nadar, hacer ejercicios en el agua y montar en bicicleta son algunos de los deportes más recomendados para disminuir la retención de líquidos en personas mayores.
Para personas con movilidad limitada, existen ejercicios específicos adaptados:
- De pie: caminar de puntillas, caminar de talón o simplemente pasar de puntillas a talón agarrados al respaldo de una silla.
- Sentados: hacer círculos con los pies, movilizando la articulación del tobillo hacia derecha e izquierda, realizar movimientos de punta-talón, elevar los pies alternativamente, estirando por completo las rodillas.
Por su parte, el yoga terapéutico para adultos mayores también constituye una excelente opción, ya que combina movimientos suaves con técnicas de respiración que favorecen la circulación.
Dieta baja en sal y rica en potasio
Se recomienda una dieta baja en sodio, limitando la sal añadida y los alimentos muy salados, pues el exceso de sodio en el organismo promueve la retención de líquidos [1].
En lugar de la sal común, podemos realzar el sabor de las comidas con hierbas aromáticas, ajo, limón u otras especias naturales. Asimismo, conviene evitar embutidos, comidas precocinadas, snacks salados, sopas comerciales y productos procesados cargados de sal.
Al mismo tiempo, es beneficioso incrementar el consumo de alimentos ricos en potasio, un mineral que ayuda a regular el equilibrio de líquidos en el cuerpo. El potasio contrarresta los efectos del sodio y favorece la eliminación de líquidos por vía renal.
Hay frutas y verduras frescas que son excelentes fuentes de potasio:
- Plátanos
- Cítricos
- Melón
- Uvas
- Aguacate
- Verduras de hoja verde (espinacas, acelgas)
- Tubérculos como la patata
Hidratación adecuada
Aunque parezca contradictorio, la hidratación en la tercera edad es imprescindible a los fines de combatir la retención de líquidos. Beber suficiente agua a lo largo del día ayuda a los riñones a eliminar el exceso de sodio y toxinas, equilibrando los líquidos corporales.
Muchas veces, los mayores reducen la ingesta de agua por miedo a ir al baño con frecuencia o porque simplemente no sienten tanta sed. No obstante, una hidratación deficiente puede hacer que el organismo “ahorre” agua y favorezca la hinchazón.
Lo ideal es ofrecer al adulto mayor pequeños vasos de agua repartidos durante el día, sumando alrededor de 2 litros en total, salvo contraindicación médica. También cuentan los caldos caseros bajos en sal, las infusiones suaves (por ejemplo de cola de caballo o manzanilla, que además tienen un ligero efecto diurético) y la fruta con alto contenido de agua.
Elevar las piernas y masajes linfáticos
Incorporar hábitos posturales y fisioterapia en personas mayores contribuyen a reducir la retención de líquidos. Una recomendación clásica es elevar las piernas por encima del nivel del corazón varias veces al día. Al recostar al adulto mayor en la cama o sofá con un par de almohadas bajo sus pantorrillas, favorecemos el retorno venoso: la gravedad hace que el líquido acumulado en pies y tobillos drene de vuelta hacia el tronco [3].
Con unos 15-30 minutos en esta posición de descanso, especialmente por la tarde, se puede aliviar bastante la hinchazón. Si la persona permanece mucho tiempo sentada, coloca un banquito para que apoye los pies en alto.
Además de elevar las piernas, los masajes linfáticos o drenantes son otra herramienta útil. Estos masajes, realizados con movimientos suaves y ascendentes desde los pies hacia los muslos, estimulan la circulación de la linfa y promueven la eliminación de líquido retenido.
Causas más comunes de retención de líquidos en ancianos
Problemas circulatorios
- La insuficiencia venosa dificulta el retorno de la sangre al corazón, provocando acumulación de líquidos en piernas y pies.
- Las varices agravan el estancamiento sanguíneo y favorecen la filtración de líquidos hacia los tejidos.
- El envejecimiento reduce la eficiencia circulatoria y la capacidad de mantener el equilibrio hídrico.
Enfermedades renales o cardíacas
- La insuficiencia cardíaca congestiva genera hinchazón en tobillos y pies por la acumulación de líquidos, que suele mejorar al descansar con las piernas elevadas.
- Los problemas renales impiden una filtración adecuada, causando retención de sodio y agua, con edema en piernas, párpados o abdomen.
- Enfermedades hepáticas avanzadas, como la cirrosis, también pueden provocar retención y ascitis.
Medicamentos
- Algunos fármacos, como los bloqueadores de los canales de calcio para la hipertensión, causan hinchazón en los tobillos.
- Antiinflamatorios, corticoides, ciertos antidepresivos, hormonas y algunos medicamentos para la diabetes también pueden provocar edema.
- En ancianos, este riesgo aumenta al combinar múltiples tratamientos a largo plazo.
Estilo de vida sedentario
- Permanecer mucho tiempo sentado o de pie sin moverse reduce la eficacia de la bomba muscular de las piernas y favorece la acumulación de líquidos.
- El sedentarismo junto con una mala alimentación incrementa el riesgo de retención.
- Adoptar hábitos saludables y mantenerse activo ayuda a reducir el edema y mejora la calidad de vida en adultos mayores.
Cómo tratamos la retención de líquidos en Emera
En Grupo Emera el bienestar de los residentes es la máxima prioridad. Abordamos la retención de líquidos desde un enfoque integral y personalizado, combinando la supervisión médica con cuidados diarios que marcan la diferencia.
Evaluación médica individualizada
Todo comienza con una valoración geriátrica completa por parte de nuestro equipo médico. Revisamos el historial clínico, la medicación actual y efectuamos las pruebas necesarias para identificar la causa exacta del edema. Este diagnóstico preciso nos permite diseñar un plan de cuidados individualizado y efectivo.
Medidas no farmacológicas en residencia
Aplicamos todas las recomendaciones de estilo de vida saludable en el día a día. Nuestros menús son supervisados por nutricionistas para garantizar una dieta equilibrada y baja en sal.
Además, nuestros fisioterapeutas diseñan programas de actividad física adaptada para mantener a los residentes activos y mejorar su circulación.
Para quienes buscan un cuidado especializado sin abandonar su hogar, nuestro centro de día ofrece estos mismos servicios y atenciones personalizadas.
Control y seguimiento diario
Nuestro personal de enfermería realiza un seguimiento continuo de los residentes. Controlan el peso, vigilan la aparición de edemas y supervisan la correcta administración de la medicación prescrita por el médico. El monitoreo constante nos ayuda a detectar cualquier cambio y actuar de inmediato.
Cuándo acudir a un especialista
Aunque muchas de las medidas se pueden aplicar en casa, hay situaciones que requieren una valoración médica urgente para descartar problemas graves.
Signos de alerta a tener en cuenta
Debes buscar atención médica inmediata si la retención de líquidos se acompaña de alguno de los siguientes síntomas:
- Dificultad para respirar o sensación de ahogo, especialmente al estar tumbado.
- Dolor, enrojecimiento o calor en una pierna, que podrían indicar una trombosis venosa profunda.
- Hinchazón repentina y severa, sin una causa clara.
- Dolor en el pecho, tos o palpitaciones.
Evaluaciones médicas recomendadas
El médico de familia o geriatra es el primer profesional al que acudir. Probablemente, solicitará un análisis de sangre y orina para evaluar la función renal y cardíaca.
Dependiendo de los resultados y los síntomas, podría ser necesaria la derivación a un cardiólogo, nefrólogo o especialista en circulación (angiólogo) para un estudio más profundo.
Ahora que sabes cómo tratar la retención de líquidos en adultos mayores, estarás en mejores condiciones para cuidar mejor de tu ser querido y prevenir complicaciones. A través de hábitos saludables, atención médica oportuna y el apoyo de profesionales especializados (como los de Grupo Emera), es posible mantener bajo control el edema y mejorar el bienestar del adulto mayor. Aplicando estos consejos, estarás contribuyendo a que tu familiar se sienta más ligero, cómodo y saludable en su día a día.
Referencias:
[1] Izquierdo, T. (2022, abril 20). Retención de líquidos: alimentos para combatirla y deshincharte definitivamente. WeLife. https:// welife.es/cuerpo/alimentacion/retencion-de-liquidos-mejores-alimentos-para-combatirla/
[2] Enciclopedia Médica A.D.A.M. (2023, junio 20). Hinchazón de tobillos, pies y piernas. https:// medlineplus.gov/spanish/ency/article/003104.htm
[3] FundaciónFASS. (s.f.). Retención de líquidos en personas mayores. https:// fundacionfass.org/general/retencion-de-liquidos-en-personas-mayores/
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