Con motivo del próximo Día Mundial de la Fisioterapia, celebrado cada 8 de septiembre, Luis Miguel, fisioterapeuta en Emera, nos describe los beneficios del concepto “Movimiento”, uno de los pilares esenciales sobre el que se apoyan los profesionales de este ámbito dentro de la geriatría.
Todos los estudios científicos coinciden al afirmar que el ejercicio físico es beneficioso para la salud.
Los malos hábitos, como mantener una vida sedentaria, son difíciles de cambiar. En el caso de la persona mayor, el cambio es necesario porque hablamos de salud.
Una persona mayor que nunca ha tenido la costumbre de realizar algún tipo de deporte con una mínima disciplina o regularidad, como caminar a paso ligero durante 45 minutos diarios o acudir a un gimnasio, puede llegar a tener serias dificultades para incorporar el ejercicio físico como una rutina diaria más. La tarea del fisioterapeuta es acompañar a cada persona en este proceso y establecer un plan de ejercicios adaptados y adecuados a su edad.
En las residencias de mayores Emera, hacemos hincapié en explicar a nuestros residentes que estar en movimiento incide en una mejora de sus capacidades motoras básicas como son la flexibilidad, la fuerza y la resistencia. Es importante que asuman que parte del proceso natural del envejecimiento provoca una paulatina pérdida de tono y masa muscular y, por consiguiente, de la fuerza.
Una persona mayor con baja actividad física perderá progresivamente las funciones motoras necesarias para desempeñar con normalidad sus tareas cotidianas, algo que fomenta una mayor dependencia.
Desgraciadamente, el ejercicio físico no impide el deterioro que causan los años, pero sí lo retrasa significativamente ya que previene o alivia la mayoría de las complicaciones fruto del envejecimiento, tales como: disfunciones relativas al aparato músculo esquelético, problemas cardiocirculatorios, respiratorios, de sobrepeso y también, y no menos importante, problemas neuropsicológicos (que afectan al patrón del sueño, la salud cognitiva o inducen los estados depresivos, etc.).
En geriatría recomendamos que la persona mayor comience con ejercicios de baja intensidad y bajo impacto para acostumbrar al cuerpo poco a poco al entrenamiento. Posteriormente incrementaremos la cantidad y variedad de movimientos a la rutina.
Mi experiencia como fisioterapeuta en el ámbito de la geriatría me enseña que el ejercicio físico indicado en la tercera edad debe ser supervisado por personal cualificado y adecuarse a las capacidades físicas, funcionales y motoras de cada persona. Por ello y previamente, debe realizarse un historial médico que descarte afecciones que puedan interferir. En ocasiones, el ejercicio terapéutico debe ser seriamente adaptado por el riesgo podría suponer a la salud (si se pauta sin conocimiento).
De forma general, las recomendaciones en personas mayores de 65 años son:
- Actividades anaeróbicas o de fortalecimiento, como por ejemplo el movimiento con peso, 2 o 3 días a la semana, 1-3 series de 8-12 repeticiones cada una incluyendo 8-10 grupos musculares.
- Actividades aeróbicas o de resistencia durante al menos 75 minutos a la semana (la mejor forma es en bloques de entre 10 a 30 minutos repartidos durante la semana).
Es fundamental que las personas que presentan un cierto grado de dependencia con movilidad reducida realicen ejercicio físico al menos 3 días a la semana para mejorar su equilibrio y evitar caídas.
En definitiva, a pesar de que el envejecimiento no es sinónimo de enfermedad, sí es la etapa donde existe una mayor predisposición hacia la enfermedad e incapacidad. Está demostrado que mantenerse activo aporta efectos beneficiosos a nivel cardiovascular, respiratorio y anímico. Además, ayuda a que se puedan llevar a cabo actividades diarias como levantarse, subir escaleras o ir a la compra, consiguiendo alargar los periodos de bienestar.
“La mejor manera de celebrar este día es dedicándonos un poco de tiempo a nosotros mismos, a nuestra salud: hacer ejercicio, reducir el estrés, meditar o simplemente tomar conciencia de las malas prácticas a la que sometemos a nuestros cuerpos diariamente.”
Luis Miguel Jiménez Egido. Fisioterapeuta de Emera. Col.:2624
Ejercicios de movimiento en fisioterapia para personas mayores
Ejercicio 1: Estamos realizando movilizaciones activas – resistidas para mejorar la fuerza de la pierna derecha.
Ejercicio 2: Rehabilitación neurológica basada en el Concepto Bobath para mejorar el tono muscular del tronco.
Ejercicio 3: Terapias grupales donde los residentes realizan ejercicios auto – pasivos (poleas) para mejorar la movilidad de los miembros superiores, un residente al fondo realizando “rueda de hombro” para mejorar la movilidad articular del hombro, residentes colocadas en las lámparas de infrarrojos para tratar el dolor osteoarticular y masaje fisioterapéutico para tratar el dolor por contracturas en los músculos cervicales.
Ejercicio 4: Trabajando la reeducación de la marcha en paralelas, mejorando la estabilidad y coordinación.
Ejercicio 5: Trabajando la reeducación de la marcha en paralelas, mejorando la estabilidad y coordinación.
Ejercicio 6: Actividad lúdica como parte de varios juegos donde podemos trabajar el equilibrio, la coordinación, la mejora del control postural, mejorar las relaciones interpersonales con otros residentes, etc.
Ejercicio 7: Actividad lúdica como parte de varios juegos donde podemos trabajar el equilibrio, la coordinación, la mejora del control postural, mejorar las relaciones interpersonales con otros residentes, etc.
Ejercicio 8: Ejercicio activo de hombros para mejorar la movilidad mientras también trabajamos el control postural de tronco.
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