El aumento del envejecimiento de la población y el incremento de dependencia, son hechos indiscutibles. Afortunadamente, cada vez se presta más atención a la valoración de las discapacidades físicas y del grado de independencia de los adultos mayores.
En el ámbito sociosanitario, gracias al índice de Barthel podemos evaluar el nivel de independencia de una persona y determinar el impacto sobre su calidad de vida. Este método fue desarrollado en 1955 por los doctores Barthel y Mahoney en Maryland (Estados Unidos). Por ello, también es conocido como Índice de Discapacidad de Maryland.
Qué es el índice de Barthel
El índice o escala de Barthel es una medida que se emplea actualmente para evaluar las capacidades y habilidades de una persona a la hora de realizar las actividades básicas de la vida diaria (ABVD). Es decir, acciones tan esenciales e inherentes al ser humano como asearse, comer, quitarse la ropa o ir al baño, entre otras.
Actualmente, el índice de Barthel es una de las herramientas más utilizadas a nivel internacional para medir las ABVD. Cabe destacar que es el recurso más usado para evaluar la dependencia física de personas que han sufrido un ictus.
Qué evalúa el índice de Barthel
Médicos y terapeutas ocupacionales aplican esta herramienta a fin de valorar el grado de discapacidad física, así como el nivel de independencia o dependencia de una persona. La escala evalúa diez actividades básicas de la vida diaria, referidas a la alimentación, higiene, desplazamiento y control de los esfínteres.
El índice Barthel se emplea también para evaluar el grado de ayuda que necesita una persona que ha solicitado ayudas a la dependencia. Además, se emplea habitualmente para ingresos en centros de día, residencias de mayores y servicios asistenciales en domicilios.
Cómo funciona el índice de Barthel
La escala registra las acciones y comportamiento del paciente en el momento de la prueba. Por lo que el informe se basa en ese registro, pero siempre acompañado de lo reflejado en las 24-48 horas anteriores a la prueba. En ocasiones, este período previo a la prueba puede ser más extenso.
La aplicación de la escala es muy sencilla y no es molesta ni intrusiva para el paciente. Por lo general, su duración no supera la media hora, aunque varía en función de las capacidades de cada persona.
La persona que evalúa al adulto mayor marcará en la tabla la puntuación correspondiente a cada parámetro.
Cómo realizar una valoración de independencia física con el índice de Barthel
Como profesionales del ámbito sociosanitario, lo primero que debemos hacer es recopilar determinadas evidencias en los días previos a elaborar la escala. Por eso, además de la observación durante la prueba, se solicita información tanto al propio paciente, como a personas de su entorno (familiares, amigos, cuidadores…).
Se contactará por teléfono con el solicitante o su responsable legal para concertar una visita a la persona dependiente en su domicilio y realizar la valoración de dependencia. El evaluador mide la discapacidad física del paciente mediante una entrevista y observando el comportamiento de la persona en su entorno mientras realiza algunas actividades. El entorno es muy significativo cuando se realiza la valoración ya que incide en el resultado. Por ejemplo, obtendremos resultados diferentes para un mismo paciente según se encuentre en una casa adaptada para personas mayores, un hogar sin ninguna adaptación o una residencia de mayores.
A lo largo de estas visitas, se recogen datos sobre la capacidad de los mayores dependientes para ejecutar por sí mismas determinadas actividades básicas. Y no solo eso, sino también el apoyo y supervisión que pueda necesitar para llevar a cabo cada una ellas.
Interpretación de la escala Barthel
A lo largo de la prueba, la persona mayor va obteniendo diferentes puntuaciones. El evaluador únicamente tiene que sumar la puntuación y, en base a ella, determinar el grado de independencia.
Los 100 puntos reflejarían que la persona es completamente independiente y una puntuación muy baja se acercaría a la dependencia total. En el caso de una persona que utiliza silla de ruedas, pero que es independiente, la puntuación máxima que puede obtener es 90.
El baremo tiene en cuenta los siguientes rangos de valores para determinar cada grado de dependencia:
- 100 puntos: independencia
- 60 o más: dependencia leve, mínima ayuda
- Entre 40-59: dependencia moderada
- Entre 20-39: dependencia grave
- De 0-19: dependencia total
Ventajas y desventajas de la escala Barthel
Las ventajas del Índice de Barthel son múltiples. Es un método que presenta una buena fiabilidad y validez. Cuenta con capacidad para detectar cambios en casos intermedios y causa escasa molestia a las personas evaluadas. Es un sistema muy sencillo tanto en su aplicación como en la evaluación, que además no requiere adaptación lingüística. Es el método más usado justamente por su sencillez y también, debido a su amplitud a la hora de valorar las ABVD. Favorece la comunicación y comprensión de los resultados en casi todas las fases o procesos por los que pasa en su día a día el usuario examinado ya que no es una escala compleja y específica que sólo puedan entender los profesionales implicados
A pesar de ser un gran método, también encontramos algunos inconvenientes. En situaciones extremas, la escala de Barthel cuenta con escasa capacidad para detectar cambios. Por otro lado, tanto en la ponderación como a la hora de elegir las actividades, está sujeta a ciertas diferencias culturales y el grueso del contenido tiene que ver con tareas referidas a las extremidades inferiores.
Diferencias entre la escala de Barthel y el índice de Katz
La escala de Barthel emplea una valoración funcional de 0 a 100 puntos para conocer el nivel de dependencia de una persona. Sin embargo, el Índice de Katz establece:
- Seis apartados de cinco grupos de ABVD
- Una función corporal: la continencia
- Permite agregar una actividad no especificada.
En la escala de Katz no se expresan los resultados de forma numérica. Refleja ocho niveles: desde el A (máxima independencia) hasta el G (máxima dependencia).
En el ámbito sociosanitario, el Índice de Barthel es una herramienta realmente útil para poder determinar el grado de dependencia de una persona. Gracias a este método podemos ayudar a conocer las necesidades de nuestros mayores y de personas que hayan padecido un accidente cerebrovascular. De esta forma y según los resultados obtenidos, podremos adaptar su cuidado, apoyándoles en las tareas y actividades diarias y proporcionándoles mayor calidad de vida.
En nuestras residencias, cuidamos de personas en situación de dependencia, con profesionales cualificados en espacios especialmente pensados y equipados para cubrir las necesidades de los adultos mayores. ¡Contáctanos para más información!
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