El día 22 de Julio es el “Día Mundial del Cerebro”, una fecha señalada por la Federación Mundial de Neurología (WFN) quien ha querido darle protagonismo a la salud cerebral y sensibilizar a la sociedad sobre cómo cuidar al cerebro y prevenir enfermedades que pueden evitarse o retrasar como el deterioro cognitivo en las personas mayores.
¿Qué es el deterioro cognitivo?
El deterioro cognitivo aparece cuando una persona sufre alteraciones o declive en su capacidad cognitiva, en procesar e interpretar la información a partir de sus percepciones. Concretamente se pueden observar dificultades en la atención, el aprendizaje, en el razonamiento, la resolución de problemas, en la memoria, en la gestión de las emociones, etc.
Las personas que presenten un envejecimiento cerebral normal o fisiológico mantendrán su capacidad cognitiva durante todos sus años de vida. Sin embargo, las que sufran un envejecimiento anormal o patológico podrán verse afectadas por diferentes grados de deterioro de sus funciones cerebrales, llamado “deterioro cognitivo”.
En función del grado de afectación cognitiva hablaremos de deterioro leve, moderado o grave. Cuando el deterioro interfiere significativamente en las actividades diarias, se establece el diagnóstico de demencia. Es importante destacar que la edad, por sí misma, no es causa de deterioro cognitivo. Por tanto, no es correcto el uso del término “senil” junto al de “demencia.” El declive significativo de las funciones se debe a la aparición de una patología neurológica, como la enfermedad de Alzheimer o una enfermedad cerebrovascular, entre otras. Dependiendo del tipo de patología (del tipo de lesión cerebral y su localización) el perfil de afectación neuropsicológica será diferente, así como la forma de aparición y la evolución.
¿Qué factores influyen en su aparición y qué efectos tiene en las personas mayores?
El deterioro cognitivo que se produce en las personas mayores se ve influenciado por el proceso de envejecimiento. Este proceso no es un fenómeno homogéneo. En él influyen tanto los procesos de envejecimiento primario, deterioro propio de la edad, como el secundario que viene determinado por la salud y las condiciones particulares de cada persona (cultura, medios económicos, relaciones sociales, etc.)
El organismo humano está formado por componentes biológicos, sistemas y funciones que se degradan con el paso del tiempo y pierde eficiencia, pero, en el ser humano, también influyen otros factores como culturales, sociales o personales.
Estudios e investigaciones han llegado a la conclusión que ciertamente algunos aspectos psicológicos tienen una base biológica, algunas capacidades como la velocidad de procesamiento o la inteligencia fluida (inteligencia como procesamiento de la información) pero, otras funciones intelectuales, que están ligadas a la transmisión cultural, no declinan e incluso pueden aumentar con el mismo como ejemplo: en comparación con una persona joven, en una actividad de fluencia fonética o semántica, la persona mayor, posiblemente, contará con menos velocidad para emitir palabras, pero puede tener un vocabulario más amplio y emitir mayor cantidad.
Existen estereotipos negativos relacionados con la vejez, que las personas se autoimponen “Yo ya no puedo…”, “A mi edad ya…” o bien se promueven en su entorno “Tu ya eres demasiado mayor para …”, “Ya no puedes hacer…”, que generan en los mayores sentimientos de indefensión aprendida, y alientan un declive progresivo de sus habilidades y cognición. Todo lo que rodea a la persona mayor puede influir determinantemente en su funcionamiento cognitivo. Un contexto con bajo nivel de requerimiento o escasa estimulación favorecerá la aparición de una patología neurológica y acelerará su desarrollo.
Conseguir un ambiente “favorecedor” para la persona mayor es responsabilidad de todos. Es esencial que la sociedad, y todos los agentes involucrados en su bienestar, desarrollen actitudes positivas, contribuyan a su motivación y posibiliten el autogobierno y oportunidades de desarrollo personal. Por ello, es importante que todos los elementos que conforman el entorno de la persona se orienten hacia la potenciación de sus capacidades, tanto por parte de las personas con las que conviven como la adaptación y adecuación de los espacios físicos donde vive.
¿Cómo se manifiesta el deterioro cognitivo en las personas mayores?
El deterioro cognitivo puede manifestarse entre otras cosas con:
- Pérdida de memoria: no recordar citas importantes ni utilizar estrategias para recordarlo, no recordar el nombre de personas con las que interactuamos diariamente…
- Alteración del lenguaje: dificultades para encontrar palabras o para nombrar objetos de uso cotidiano, omitir elementos importantes de las frases (por ejemplo, el verbo).
- Alteración de la atención: mientras realizamos una tarea, por ejemplo, hablar con un familiar, distraerse con facilidad ante la aparición de cualquier estímulo externo, haciendo difícil mantener el hilo del discurso.
Actualmente, la evaluación neuropsicológica es la mejor estrategia para detectar la disfunción cognitiva. Durante la misma, se debe considerar la influencia de multitud de variables como la edad, nivel educativo, estado afectivo, dificultades perceptivas, ambiente hostil (mala alimentación, consumo de tabaco, alcohol, sedentarismo…) que inciden en el rendimiento de una persona.
¿Cómo se puede prevenir o retrasar el deterioro cognitivo?
El cerebro es plástico y tiene la capacidad de compensar daños como también de prevenirlos, de hacer que influyan menos en que una persona llegue a desarrollar una patología, aunque esté predispuesta a ello, se habla de Reserva Cognitiva.
La reserva cognitiva la forman diferentes factores y variables, siendo algunas de ellas invariables, como, por ejemplo: volumen cerebral o aspectos genéticos. Es importante intervenir en otras (variables) que sí pueden suponer un factor de riesgo importante y son modificables como: estimulación cerebral a lo largo de la vida, actividades sociales, ejercicio físico, etc.
Los trabajos científicos proporcionan evidencia de que la estimulación cerebral a lo largo de la vida en forma de enseñamiento formal, actividades sociales o físicas proporciona «un plus» al cerebro, de tal forma que durante el envejecimiento e incluso durante estadios iniciales de un proceso neurodegenerativo puede utilizar recursos acumulados para compensar parcialmente la influencia de la edad o de la neuropatología.
Además, por mucho que al envejecer nuestro cerebro se ve afectado por la muerte neuronal también, a medida que mueren unas neuronas, se activan otras que nos permiten conservar ciertas funciones, que, de otra manera, se perderían.
Algunas recomendaciones para prevenir el deterioro:
- Comer sano, contar con una dieta equilibrada y adaptada según la edad. El exceso de alimentación hace que nuestro cuerpo produce radicales libres que dañan el cerebro y organismo.
- Realizar ejercicio físico aeróbico adaptado a las posibilidades de cada persona y de forma regular.
- Cuidar el estado anímico: evitar el estrés, dormir de forma placentera y con horas de sueño suficientes, sentirnos bien, vivir feliz promueve mecanismos de salud que ayudan a sobrellevar mejor las enfermedades, o incluso prevenirlas.
- Disponer de una red de apoyo y mantener relaciones sociales gratificantes es fundamental. Las relaciones interpersonales favorecen el estado de ánimo, contribuyen a aumentar la autoestima y por sí mismas, son una fuente importante de estimulación cognitiva.
¿Cómo se aborda el deterioro cognitivo en las residencias para mayores Emera?
En el trato diario con personas mayores, se observa que el mayor miedo que experimentan es no disponer de sus capacidades para poder decidir sobre su propia vida, ser independientes y autónomos.
En las residencias para personas mayores de Emera nuestro compromiso es atender y cuidar a las personas en todas sus esferas, dar respuesta a las necesidades derivadas de la dependencia, pero también potenciar las capacidades aún conservadas, y velar por sus derechos, preferencias y deseos.
Implementamos distintas actuaciones con el fin de recuperar, mantener y, si es posible, mejorar las habilidades que se pierden por el deterioro cognitivo. Se trata de disminuir o retrasar el grado de dependencia, ganar en bienestar y en calidad de vida.
Las salas sensoriales, que se encuentran las residencias de mayores, son unos espacios especialmente diseñados para la estimulación de los sentidos, percepción y por tanto cognición.
Además, cada centro cuenta con una programación de actividades extraordinarias enmarcadas en un programa de intervención estructurado y organizadas en coordinación con todos departamentos del Equipo Interdisciplinar:
- Distintos talleres como de memoria y orientación, reminiscencia, modificación ambiental, etc.
- Actividades físicas: gerontogimnasia, paseos, etc.
- Dinámicas grupales
- Programas intergeneracionales (donde participan adultos mayores y niños)
- Actividades culturales y salidas al exterior,
Muchas de las acciones que en un principio se presentan como actividades de ocio y como una forma de salir de la rutina, también contribuyen a un envejecimiento saludable y fomentan un mejor funcionamiento cognitivo.
Según el informe “Perspectivas de la población mundial”, del año 2019, Naciones Unidas estima que, en 2050, una de cada seis personas tendrá más de 65 años, y, en el caso de Europa, esta proporción podría ser una de cada cuatro. De la misma manera, el número de personas mayores de 80 años se triplicará para la fecha. Cuidar nuestra propia salud es actuar sobre el declive en la vejez y poder disfrutar en un futuro, con una mayor autonomía y calidad de vida.
Nuestros mayores merecen una atención individual y personalizada que se ajuste a sus necesidades y por eso, en las residencias de mayores Emera, les dotamos de todos los cuidados y actividades que prevengan, mantengan o rehabiliten las funciones cognitivas que puedan verse en peligro o que ya estén dañadas.
Escrito por el Equipo de Psicólogos Emera:
- Xavier Millán Martínez – Residencia de mayores Sant Genis en Barcelona
- Sara Muñoz García – Residencia de mayores Macarena en Sevilla
- Mª Carmen Armiñana Esteve – Residencia de mayores Mas Camarena en Valencia
- Ana María González Jiménez – Residencia para mayores en Guadalajara
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