Los grados y niveles de dependencia en el adulto mayor son clave para entender el nivel de apoyo y cuidados que necesitan las personas mayores en su vida diaria. Conocer estos niveles nos permite brindar una atención adecuada, mejorar su calidad de vida y facilitar la planificación de recursos tanto para las familias como para los profesionales de la salud. En este artículo, exploraremos en detalle cada grado de dependencia y su importancia en el cuidado del adulto mayor.
Una enfermedad, una patología mental o el simple avance de la edad, pueden afectar las capacidades de una persona para realizar actividades en su vida diaria. Todo ello puede derivar en una pérdida de autonomía física y/o psíquica y a la vez en un estado de dependencia donde la persona requiere ayuda en el día a día.
En nuestro país contamos con una legislación que establece los grados y niveles de dependencia y muy buenos profesionales expertos en el sector geriátrico que trabajan por y para las personas mayores dependientes.
¿Qué son los grados y niveles de dependencia?
La pérdida de autonomía, sea por el motivo que sea, lleva a algunas personas mayores a necesitar asistencia o ayuda en sus actividades de la vida diaria, como por ejemplo, hacer la compra, cocinar y en los casos más graves ducharse, vestirse, comer, etc. La ley vigente determina cuál es el grado de perdida de autonomía de la persona mayor.
Los grados de dependencia indican la necesidad que tiene la persona mayor, de recibir ayuda o asistencia. Dependiendo de estos niveles, el Estado concede una serie de ayudas para cubrir las necesidades del adulto mayor dependiente. A dichas ayudas se las conoce como Ayudas a la Dependencia.
Los niveles de dependencia pautados permiten saber cuáles son las necesidades específicas en cada caso, así como determinar quiénes son personas dependientes. Por ello, es importante establecer grados de dependencia y niveles en el plano sanitario y en el legislativo.
¿Cuántos grados y niveles de dependencia existen?
La ley establece tres grados de dependencia en función de las necesidades asistenciales de cada mayor adulto. Para determinar la situación de dependencia y grados se aplica el Baremo de Valoración de la Situación de Dependencia (BVD). En base a este baremo, se reconoce el grado y nivel de dependencia.
Grado I: Dependencia moderada
Este primer grado de referencia enmarca a personas que empiezan a necesitar cierta ayuda en su día a día. Una ayuda no constante, pero sí puntual en labores cotidianas básicas para las que esa persona requiere un apoyo al menos una vez al día. Se trata de actividades habituales que afectan a su autonomía y justifican dicha asistencia.
Grado II: Dependencia severa
En un grado de dependencia severa se incluyen personas que necesitan ayuda dos o tres veces al día (actividades básicas de la vida diaria), sin precisar una atención constante del cuidador.
Grado III: Gran dependencia
Las personas con un grado 3 de dependencia son aquellas que necesitan ayuda constante para llevar a cabo la actividad esencial diaria. Quedarían reconocidas con esta tipología personas con pérdida total de autonomía, física, mental, que necesitan apoyo continuo de otra persona.
Los grados y niveles de dependencia quedan, según el baremo BVD, de la siguiente manera:
- Grado 1: Dependencia Moderada
- De 25 a 49 puntos
- Grado 2: Dependencia Severa
- De 50 a 74 puntos
- Grado 3: Gran Dependencia
- De 75 a 100 puntos
Para menos de 25 puntos no se reconoce la situación de dependencia.
¿Quién tiene derecho a la Ley de Dependencia?
El objetivo de esta ley es garantizar la atención sociosanitaria de las personas dependientes. Con ella nace el SAAD, (Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia) regulado por las Autonomías. De hecho, las CCAA son las encargadas de evaluar y determinar el grado y nivel de dependencia de las personas solicitantes.
Para entender quién puede solicitar la ley de dependencia, lo primero es saber que la situación de dependencia deber ser reconocida por las autoridades.
Los requisitos para acceder a la Ley de Dependencia son los siguientes:
- Encontrarse en situación de dependencia en alguno de los grados establecidos por esta ley.
- o residir legalmente en territorio nacional al menos cinco años, de los cuales, los dos últimos deberán ser anteriores a la fecha de presentación de la solicitud.
- Ser declarado dependiente por el órgano evaluador de la comunidad autónoma correspondiente a través de cada equipo técnico de evaluación.
- Encontrarse empadronado en la comunidad autónoma donde se solicita.
¿Cómo se determina el grado de dependencia en personas mayores?
La valoración se lleva a cabo en donde vive la persona la persona que solicita la situación de dependencia por un profesional sociosanitario, puede ser en su el habitual o bien en la residencia de mayores. El encargado de la valoración deberá contar con formación específica en la aplicación del Baremo de Valoración de la Situación de Dependencia.
Por un lado, se aplica con el fin de evaluar las actividades básicas. Son consideradas como tales: levantarse, comer, aseo personal, vestirse, el control de las necesidades fisiológicas y desplazarse dentro de casa.
Por otra parte, se emplea para evaluar las actividades instrumentales. Con esta escala se evalúa la autonomía de una persona para el desplazamiento fuera del hogar, como por ejemplo hacer comida y las tareas domésticas, hacer la compra y la gestión de la medicación
¿Cuidados que ofrece Emera para personas mayores dependientes?
El espacio, el entorno, la empatía y la profesionalidad de cuidadores son aspectos fundamentales en el cuidado de las personas dependientes. Por eso, en las residencias Emera contamos con todo lo necesario para ofrecer a la persona mayor y a su familia un entorno acogedor, accesible, confortable y seguro.
Nuestras residencias disponen de espacios que se adaptan a las necesidades de las personas mayores dependientes que reciben cuidados por parte de profesionales formados en atención al mayor y más específicamente en atención a personas con demencias.
Además, tenemos los equipos profesionales y los recursos idóneos para fomentar la autonomía del adulto dependiente a través de:
- Un trabajo basado en la historia de vida de la persona
- Un trabajo libre de uso de sujeciones
- Un trabajo que potencie la estimulación de los sentidos
Nuestro modelo de cuidados en acompañamiento ofrece un cuidado personalizado y adaptado a los diferentes grados y niveles de dependencia. Nuestra atención, centrada en la persona, no solo responde a las necesidades derivadas de la dependencia, sino que también, se enfoca en estimular las capacidades aún conservadas de la persona dependiente con el fin de incrementar la confianza y autoestima del residente. Para ello, recurrimos a distintas terapias y actividades como por ejemplo las terapias de estimulación cognitiva para adultos mayores o de estimulación sensorial en nuestras salas Snoezelen.
En todo momento aspiramos a que la persona mayor dependiente pueda mantener lo máximo posible su autonomía.
Además, desde todos nuestros centros Emera implantados en distintas comunidades autónomas, contamos con trabajadores sociales altamente capacitados, que pueden ayudarte en la gestión y tramitación de la ley de la dependencia.
¡Busca tu centro Emera más cercano y estaremos encantados de ayudarte!
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