Cada semana, en la residencia de mayores Emera Guadalajara, nuestros residentes participan en un taller de cocina terapéutica acompañados por su terapeuta ocupacional.
La cocina forma parte de las terapias alternativas propuestas en las residencias de mayores del Grupo Emera. Aprovechamos la ocasión para entrevistar a Carla Gómez, Terapeuta Ocupacional en la residencia de mayores en Guadalajara, para que nos explique cuáles son beneficios de los talleres de cocina terapéutica para las personas mayores.
¿Cómo surgió la idea de este taller en vuestro centro residencial de mayores? ¿Dónde se realiza?
La idea de este taller viene a raíz de la necesidad de que nuestros residentes vuelvan a participar en actividades que, en otro momento de su vida, eran parte de su día a día. Antes de que ingresasen en la residencia de ancianos, cocinar siempre ha sido una actividad importante en su rutina personal. Volver a cocinar en nuestro centro por medio de este taller está teniendo resultados muy positivos en su comportamiento y actitud ante el hecho de vivir en una residencia para personas mayores.
El desarrollo de este taller apela a la participación y colaboración de todos los profesionales del centro: desde nuestros cocineros, que nos facilitan algunas de sus herramientas de trabajo y sus conocimientos, pasando por los auxiliares o el personal de limpieza que, aunque después de cocinar hay que dejar la cocina mejor de la que nos la encontramos, siempre se necesita de su ayuda profesional.
¿Cómo se organiza el taller?
Hemos creado grupos de trabajo en los cuales tomamos en consideración las capacidades y características de cada persona. Tratamos así de componer grupos homogéneos en base a sus capacidades funcionales y cognitivas, generando de este modo un sentimiento de igualdad en el grupo.
Una vez que está creado el comité de nuestros Maestros Reposteros y, tras realizar diferentes puestas en común para analizar preferencias y gustos, se acuerdan las recetas a realizar a lo largo de los diferentes talleres, teniendo en cuenta, también, festividades próximas y platos típicos de la zona.
Nuestros talleres de cocina terapéutica tienen una estructura muy sencilla enfocada a generar una rutina en nuestros mayores. Además de aprender a cocinar se ofrece la oportunidad de divertirse.
El taller de cocina terapéutica de Emera Guadalajara está dirigido por el departamento de Terapia Ocupacional y, normalmente, los grupos suelen estar formados en torno a 4 o 5 Maestros Reposteros. Se realiza una vez por semana, suele ser los viernes por la mañana, su duración depende de la receta, si requiere de tiempo de horneado, necesidad de reposo posterior, etc.
En primer lugar, entre todos, comentamos la receta elegida, enumeramos los ingredientes necesarios para poder realizarla, así como todos los pasos a seguir. Para ello, leemos la receta en voz alta para que todos estemos al tanto y podamos comprobar que no falta ningún ingrediente.
A continuación, se le asigna a cada persona una tarea específica como, por ejemplo, cortar, picar, pelar, amasar, batir, exprimir, etc. Y, pasamos a la acción. Cuando un residente necesita apoyo o ayuda, siempre estamos pendientes. Las tareas se asignan en función de las habilidades y capacidades de cada Maestro. Evitamos de este modo, la posibilidad de generar sentimientos de frustración o que los participantes decidan abandonar la actividad.
Es muy importante en la realización de estas actividades, garantizar que se manipulen los alimentos adecuadamente. Por ello, cumplimos con todos los protocolos de higiene: siempre nos colocamos gorros, realizamos una correcta higiene de manos, nos retiramos relojes, pulseras, anillos, nos ponemos guantes y… ¡Manos a la masa!
Una vez finalizada la receta, se realiza una puesta en común de diferentes opiniones, comentamos posibles mejoras y buscamos información para la elaboración de la receta del siguiente taller. Aunque, lo mejor de todo es ¡la degustación!, aprovechando la hora de la merienda.
Poco a poco, con el tiempo, hemos ido mejorando, ahora alternamos recetas sencillas con algunas más elaboradas.
¿Cuáles son los beneficios de la cocina terapéutica con las personas mayores?
La cocina es un excelente entorno terapéutico si se plantea como tal. Conlleva muchos beneficios, dentro de los cuales:
- Trabajar la memoria, tanto a corto como a largo plazo, al recordar recetas tradicionales, así como seguir los pasos de la recete elegida correctamente.
- Fomentar la comunicación y la relación entre los Maestros Reposteros.
- Crear un sentimiento de unidad en nuestros mayores ayudándonos entre todos.
- Estimular diferentes funciones ejecutivas (actividades mentales complejas) como por ejemplo la planificación, la ejecución de la tarea y creatividad.
- Además de la estimulación cognitiva, también se trabaja la destreza manipulativa, la coordinación óculo manual, la comprensión numérica, el lenguaje, etc.
- Mejorar la autoestima de nuestros mayores ofreciéndoles ser protagonistas de este taller.
- Potenciar la recuperación de roles perdidos.
- Fomentar la iniciativa personal.
- Promover sentimientos de felicidad y emoción.
Los talleres de cocina realizados en Emera Guadalajara, como herramienta terapéutica, compensan dificultades funcionales a través de estrategias y, mediante esta actividad lúdica, mejoramos las capacidades cognitivas de nuestros residentes. Igualmente, observamos como nuestros mayores descubren nuevos gustos, capacidades e intereses.
¿Qué opinan nuestros residentes de esta actividad?
Nuestro Maestros comentan con una sonrisa en la boca que los viernes por la mañana son uno de sus momentos favoritos de la semana, donde se sienten acompañados realizando una actividad que, hasta hace poco, no era frecuente. Algunos de nuestros participantes nos comentan sentirse a gusto con el taller porque les ayuda a olvidarse de algún problema, sentimiento o pensamiento negativo.
Algunas de las confesiones que solemos escuchar son las siguientes: “Nos ayuda a recordar lo que parecía estar olvidado”, “Desde siempre me ha gustado cocinar, pero en mi casa ya no podía y el poder hacerlo en la residencia acompañada me da mucha alegría”. Otros de nuestros mayores hablan de un entorno donde poder relajarse “Me relaja el oler a bizcocho recién hecho, estimula nuestros sentidos”. “Es un pasatiempo exquisito. Me ayuda a tener la mente activa además del cuerpo. Cuando trabajas en la cocina también trabajas con el corazón”. “Me ayuda a recordar cuando estaba en casa con mi marido”. “Además de cocinar, también contamos chistes y nos reímos mucho, sobre todo cuando nos manchamos”. “Me gusta cuando el bizcocho está en el horno y me acerco a oler”. “Mi parte favorita es cuando mis compañeros y los profesionales de la residencia me felicitan.”
Nos han contado alguna que otra anécdota: “Un día nos propusieron hacer magdalenas y yo pensaba que la cantidad de harina y levadura estaba mal calculada en la receta. Todos me hicieron caso y, al final, ninguna de las magdalenas subió. La verdad que nos reímos mucho”. Una de nuestras usuarias dice que “En Emera Guadalajara tenemos mucha suerte de tener un sitio donde cocinar”. “Lo mejor de todo es lo guapos que estamos con el gorro y la mascarilla”.
La mayoría de nuestros mayores destacan el momento de enseñar el plato al resto de los residentes y, sobre todo, la mejor parte, es cuando verdaderamente damos por terminado el taller de cocina terapéutica de la semana: la degustación.
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