La debilidad muscular, la pérdida de reflejos y los efectos propios del envejecimiento son algunas de las principales causas de caídas en personas mayores. En la actualidad, saber prevenir estos pequeños accidentes es sencillo. Desde Emera te aportamos algunos consejos prácticos para reducir el riesgo de caídas en mayores adultos.
¿Cuáles son las caídas más frecuentes en el adulto mayor?
Las caídas son una de las principales causas de pérdida de independencia entre los mayores, ya que pueden producirse fracturas que limiten temporalmente su actividad habitual. Los daños más comunes de ocurrir son en la zona de la pelvis, muñecas y brazos, debido a que, las caídas más frecuentes en los adultos mayores están provocadas por los tropiezos y la pérdida del equilibrio.
Causas de las caídas en personas de edad avanzada
Son muchos los factores y situaciones que aumentan el riesgo de caídas en adultos mayores. Generalmente, una caída se produce por la suma de varias causas que terminan afectando a la forma de andar y al equilibrio. Estas son las principales causas de caídas en personas mayores y su clasificación según los factores que las provocan:
Por un lado, encontramos los factores intrínsecos. Son aquellos que están derivados del deterioro de ciertas funciones relacionados con la edad, trastornos y efectos adversos de algunos medicamentos.
- Factores médicos: en los factores médicos se engloban patologías crónicas y enfermedades que pueden causar una caída, como por ejemplo aquellas que afectan al sistema cardiovascular, neurológico u osteomuscular. Padecer algún tipo de discapacidad (visual, auditiva, etc.) también aumenta el riesgo de sufrir una caída.
- Farmacológicos: es esencial estar pendientes de los fármacos prescritos de nuestros mayores y de la automedicación. Algunos efectos secundarios comunes, como la somnolencia, pueden aumentan las probabilidades de tropezar.
- Funcionales: la propia situación física del adulto mayor es un factor de riesgo. Existe una relación directa entre las probabilidades de sufrir una caída y la dependencia para desempeñar las actividades básicas de la vida diaria. Para conocer el grado de dependencia de nuestro familiar y evitar las posibles caídas, se puede utilizar el índice de Katz o el índice de Barthel.
- Mentales y psicoafectivos: también se asocia el deterioro cognitivo que sufren algunas personas de la tercera edad a las caídas. Además, el miedo a volver a caer provoca por sí mismo un deterioro de la movilidad, lo que a su vez hace que incremente el riesgo de sufrir nuevas caídas.
Los factores extrínsecos hacen referencia a causas vinculadas al entorno del hogar que puedan favorecer la aparición de caídas. Ya sean objetos como alfombras, una superficie resbaladiza, mascotas o una iluminación insuficiente.
Cómo actuar ante las caídas en personas mayores
Frente a la caída de una persona mayor, la prioridad es tratar las lesiones físicas, para ello, recomendamos avisar a los servicios médicos para que puedan evaluar rápidamente su estado y descartar fracturas y traumatismos de importancia.
Seguidamente, tendríamos que analizar las posibles causas del accidente, para así evitar que vuelva a suceder.
- Si la caída se ha debido a factores intrínsecos, serán los médicos los que valoren modificar, interrumpir o recomendar nuevas pautas o acciones que mejoren la calidad de vida del adulto mayor, evitando así nuevos accidentes producidos por el mismo hecho.
- Si la caída se ha producido por problemas en el equilibrio y la marcha, los terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas pueden influir favorablemente a su mejora. Su labor también contribuye a que las personas mayores adquieran confianza.
Prevenir caídas en personas mayores: consejos prácticos
Si queremos proporcionar mayor calidad de vida, confianza y seguridad a nuestros mayores, es fundamental adaptar su vivienda. Con pequeños cambios que no necesitan de mucha inversión, podemos adaptar una casa para personas mayores, consiguiendo un espacio funcional y accesible que les aportará mayor autonomía y evitará las caídas. Te dejamos una serie de recomendaciones para reacondicionar una vivienda a las necesidades de nuestros mayores.
En el baño o aseo
- No cerrar la puerta del baño con pestillo. En caso de sufrir una caída, podría bloquear el acceso y esto dificultaría su ayuda.
- Cambiar bañera por plato de ducha. Es más cómodo, seguro y funcional para ellos el poder acceder fácilmente a la hora de asearse. Es aconsejable contar con una banqueta o taburete dentro del plato de ducha para que puedan sentarse.
- Instalar un suelo antideslizante o que, este mismo, cuente con bandas antideslizantes.
- Tener siempre una alfombrilla al salir de la ducha para evitar resbalones.
- Colocar asideros o puntos de apoyo en ducha e inodoro para una movilidad más segura.
En la cocina
- Poner los utensilios más comunes a mano. Evitaremos el uso de sillas o escaleras para poder cogerlos
- Un suelo libre de grasas y suciedad evitará resbalar en la cocina. Hay que secar bien el suelo al fregar.
En el dormitorio y sala de estar
- Despejar las zonas evitando tener demasiadas sillas, plantas, y muebles innecesarios que puedan entorpecer el paso.
- Evitar las alfombras, en las zonas de paso o mayor uso. Así como en el baño pueden evitar resbalones, en las salas de estar y dormitorios pueden provocar tropiezos.
- Los interruptores deben de estar al alcance para no tener que levantarse a apagar o encender la luz. Una solución puede ser tener una lámpara en la mesita de noche.
- Una silla cerca de la cama les servirá para sentarse, vestirse y descalzarse cómodamente.
- También es importante que expliquemos a nuestros mayores cómo deben levantarse de la cama para evitar mareos. Primero deben sentarse, después plantar los pies en el suelo, esperar unos segundos y levantarse despacio.
Pasillos y escaleras
- La casa debe estar correctamente iluminada, sobre todo es indispensable en zonas de paso, pasillos y escaleras. Se pueden instalar luces que se activan automáticamente con el movimiento.
- En caso de ir en silla de ruedas, los accesos deberán ser lo suficientemente amplios.
- Asegúrate de quitar objetos que puedan provocar tropiezos.
- Revisa muebles y estanterías, fíjalos bien a la pared para prevenir que puedan vencerse al coger algo.
- En las escaleras puedes instalar bandas adhesivas antideslizantes. Si tienes opción, instala barandillas para que pueda subir y bajar tranquilamente.
Al aire libre
- Es recomendable el uso de un dispositivo de ayuda como un bastón, muletas o un andador. Tendrán más apoyo, repartirán mejor el peso e irán más seguros.
- El calzado para el exterior debe ser cómodo. Pero también acorde a la actividad, bien ajustado y siempre con suela antideslizante.
- La ropa debe ser más o menos ajustada para evitar enganchones.
Además de estos consejos, se puede acudir a los terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas para que asesoren y aconsejen a nuestros mayores sobre ejercicios y estiramientos acordes a sus necesidades. Si tu familiar ha sufrido una caída y necesitas asesoramiento, no dudes en llamarnos. Estamos encantados de que vengas a visitar nuestros centros.
Evaluación del riesgo de caídas en personas mayores
Las caídas en personas mayores son un problema de salud pública que afecta significativamente la calidad de vida y la independencia de millones de personas en todo el mundo. Afortunadamente, existen herramientas y estrategias para prevenir estas caídas, y una de las más importantes es la evaluación del riesgo de caídas.
¿Qué es la evaluación del riesgo de caídas?
La evaluación del riesgo de caídas es un proceso mediante el cual se identifican los factores que aumentan la probabilidad de que una persona mayor sufra una caída. Esta evaluación se realiza a través de una combinación de:
- Historia clínica detallada: Se exploran factores como enfermedades crónicas, medicamentos, historial de caídas previas y nivel de actividad física.
- Examen físico: Se evalúan la fuerza muscular, el equilibrio, la marcha y la sensibilidad.
- Entorno: Se analiza el hogar para identificar posibles peligros que puedan provocar caídas.
¿Por qué es importante evaluar el riesgo de caídas?
- Prevención: Al identificar los factores de riesgo, se pueden implementar medidas preventivas específicas para cada individuo, como ejercicios de fortalecimiento, adaptaciones en el hogar y revisión de medicamentos.
- Intervención temprana: Una evaluación temprana permite detectar problemas subyacentes y tratarlos de manera oportuna, evitando complicaciones.
- Planificación de cuidados: La evaluación del riesgo de caídas es fundamental para desarrollar un plan de cuidados personalizado y eficaz.
Factores de riesgo de caídas en personas mayores
Los factores de riesgo de caídas son numerosos y pueden clasificarse en:
- Intrínsecos: Relacionados con el propio individuo, como edad avanzada, enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, enfermedad de Parkinson), trastornos del equilibrio, debilidad muscular, medicamentos, problemas de visión y audición, y deterioro cognitivo.
- Extrínsecos: Relacionados con el entorno, como suelos resbaladizos, alfombras mal fijadas, iluminación inadecuada, obstáculos en el hogar, calzado inapropiado y barandillas inseguras.
¿Cómo prevenir las caídas en personas mayores?
Una vez identificados los factores de riesgo, se pueden implementar diversas estrategias para prevenir las caídas, como:
- Ejercicio físico: Fortalecer los músculos y mejorar el equilibrio.
- Revisión de medicamentos: Identificar y tratar los efectos secundarios que aumentan el riesgo de caídas.
- Adaptación del hogar: Eliminar obstáculos, mejorar la iluminación y utilizar ayudas técnicas.
- Calzado adecuado: Elegir zapatos con suela antideslizante y buen soporte.
- Terapia ocupacional: Recibir orientación para realizar las actividades diarias de forma segura.
- Visitas regulares al médico: Monitorear la salud y ajustar el tratamiento si es necesario.
Herramientas de evaluación del riesgo de caídas en mayores
Existen diversas herramientas y escalas para evaluar el riesgo de caídas, cada una con sus propias características y ventajas. Algunas de las más utilizadas son:
- Índice de Barthel: Evalúa la capacidad funcional en las actividades de la vida diaria.
- Escala de Tinetti: Evalúa el equilibrio y la marcha.
- Escala de Morse: Evalúa el riesgo de caídas en pacientes hospitalizados.
- Cuestionarios específicos: Existen cuestionarios que exploran factores de riesgo como la medicación, el entorno y el miedo a caer.
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